Me encantan estas recetas que te recuerdan aquellos maravillosos años en los que todas tus preocupaciones eran si había salido la Súper Pop, que te dejaran quedar a jugar con las amigas después del cole y de qué era el bocata de la merienda.
Los que somos de esa generación recordamos ciertas recetas con nostalgia que sólo sabían hacer las abuelas. Las rosquillas, la tarta de galletas, los huevos rellenos y el cocktail de gambas con salsa rosa son algunas de ellas. Ahora los que vamos de modernos las metemos en ese contenedor temático denominado “mundo viejuno” para seguir apegados a ellas sin avergonzarnos y que suene muy molón.
Cuando probé esta que os traigo hoy no dudé que la podía haber hecho mi güeli (abuela en plan cariñoso) Aurora, aunque imagino que el toque de las zanahorias habría sido una nota de excentricidad no apta para su ideario repostero. Fue hace unos años en el trabajo, uno de lo becarios que tuvimos, muy majo por cierto, que para despedirse nos trajo este bizcocho que hacía su madre. Más que bizcocho, la textura es de flan o de pudding y tanto esa consistencia como el toque de Anís del Mono es lo que me hace cerrar los ojos y mirar hacia atrás.
Como ya sabéis, mi versión pasa por cambiar el trigo por espelta blanca y el azúcar blanca por sirope de ágave en este caso. Las medidas son las del vaso de yogur.
Ingredientes
– 5 zanahorias medianas
– 4 huevos
– 3 medidas de harina de espelta blanca
– 1 medida de leche
– 1 medida y media de sirope de ágave ( si vas a pecar con azúcar pon 2 medidas)
– 1 medida de aceite de oliva
– 1 sobre de levadura
– 1 copa de anís (lo confieso, yo la puse abundante)
– 1 tableta de chocolate fondant para cubrirlo
Modus Operandi
1) Cocer las 5 zanahorias. Yo las puse en el microondas 15 minutos con agua en trozos.
2) Poner las zanahorias escurridas con los ingredientes líquidos y batir. En Thermomix unos 30 segundos a V. 5. Con la batidora normal hasta que esté todo integrado.
3) Añadir la harina y la levadura y mezclar con una espátula. Con Thermomix unos segundos V.3.
4) Engrasar un molde alargado tipo plumcake y poner la mezcla. Meter en el horno a 180º unos 45 minutos. Yo los suelo poner casi siempre más bien en la parte baja del horno para que no se quemen por la parte de arriba.
5) Cuando esté frío, cubrirlo con la tableta de chocolate fundido. Yo lo hago al baño María, no se tarda nada. Hay gente que lo hace en el microondas, cuidado que no se os queme.
Y como creo que ya era hora de poner algo de rock español, mi primera propuesta en nuestro idioma no podía ser otra que Rosendo. Casualmente me topé con esta canción que hacía años no escuchaba el otro día , y no podía venir más al pelo tanto para la receta, como para mi momento vital. Que nunca se muera el rock ni las ganas de luchar.