He dudado muchísimo en publicar este bizcocho porque va a parecer que me peleo siempre con mis libros de cocina o que todos están equivocados, pero como todos sabéis que la repostería no es mi fuerte... aquí está, con sus más y sus menos.
Antes de Semana Santa tuve el ordenador estropeado varios días y se me ocurrió mientras tanto hacer este bizcocho pasiego.
El caso es que saqué la receta de uno de mis libros de cocina, las recetas de la abuela (debe haber cientos de libros con el mismo título), y definitivamente a la abuela se le fue la olla o no estaba en condiciones de escribir nada ese día, jajaja.
Más tarde cuando tuve el ordenador de nuevo, pude mirar en la red para ver dónde estaba el fallo, y desde luego las cantidades no son ni parecidas, ni de mantequilla ni de harina.
Podía haber sido una de mis pifias reposteras, y sin embargo el bizcocho está delicioso.
Esto decía la receta original:
Ablandar la mantequilla (125 gr.) sin llegar a licuar. Mezclar con el azúcar (250 gr.) y batir vigorosamente. Incorporar las yemas (5 huevos) de una en una. Añadir la harina (500 gr.) en forma de lluvia y mezclar. Por último incorporar las claras montadas. Llevar al horno a temperatura media y dejar 25-30 minutos.
Breve y conciso, parecía chupado. Pesé todas las cantidades y al lío. Lo voy a ir explicando mientras miras el paso a paso.
Ingredientes finales:
- 125 gr. de mantequilla
- 250 gr. de azúcar
- 200 gr. de harina (es lo que yo le puse al final)
- 5 huevos
- azúcar glas
Elaboración:
1. El primer paso no tiene ningún misterio: ablandamos la mantequilla en el micro un poco.
2. Mezclamos con el azúcar. Vale, varilla y a mano, vigorosamente... hecho.
3. Separamos las claras de las yemas, ningún problema. Añadimos una a una y seguimos con la varilla incorporándolas.
4. Ahora viene el temita... porque entonces, y sólo entonces, me percaté de que eso era una cantidad de harina casi obscena, jajaja. Empecé a echar la harina y a mezclar. Y cuando llevaba 200 gr. la cosa no admitía más. Ya era bastante difícil de manejar, y miraba toda la harina que me quedaba por poner y entonces me di cuenta de que algo iba mal... era imposible poner toda esa harina y luego poder mezclar eso con las claras!! O las cantidades estaban mal o era al revés, primero las claras y después la harina.
No sé, me entró la risa como siempre que me pasan estas cosas, pero tirar todo eso me daba mucho coraje y además no tenía otros 5 huevos para repetir el experimento. Así que se quedó con esos 200 gr. de harina y a ver...
5. Luego se montan las claras a punto de nieve y se incorporan suavemente (anda que si llego a poner el medio kilazo de harina...) Pensar que no van a bajar es absurdo, así que a mezclar se ha dicho con todo el cuidado posible.
6. Forrar un molde con papel vegetal (que se puede mojar un poco para adaptarlo mejor a la forma) y poner la mezcla.
7. Encender el horno a temperatura media. Yo lo puse a 180ºC y cuando estuvo caliente, adentro. Estuvo en el horno unos 30 minutos y luego se comprueba con un palillo que está bien hecho por el centro.
Subir no subió demasiado y además el aspecto era francamente mejorable con esos bultitos... pero no hay nada que una buena capa de azúcar glas no solucione.
Y aquí la prueba del algodón: el corte.
Y otra cosa fundamental es que aguanta varios dias perfectamente, esponjoso y suave. Bien o mal hecho lo que importa es que me salió un bizcocho de sabor buenísimo y la verdad, al final, uno de los que más me ha gustado.
¿Quién quiere un trocito del pasiego?