Esta receta es bastante fácil, lo más entretenido sería retirar las espinas de los boquerones o anchoas y es algo que puedes pedir al pescadero, aunque yo lo hice en casa y para medio kilo, no tardé más de 15 minutos. Estas venían sin cabeza, sólo tuve que abrirlas con el pulgar y estirar de la espina hacia la cola. Salen superfáciles y si nos ponemos guantes, no se nos queda el olor a pescado y se hace más sencillo.
Cuando me acordé de hacer la foto sólo quedaban las de la vergüenza, así que no son los más enteritos y perfectos. Cambiaré la foto porque los volveré a hacer, seguro.
-medio kilo de boquerones frescos limpios
(estos, grandes nacionales)
-vinagre de manzana
-agua
-aceite de oliva virgen extra
-2 dientes de ajo
-sal
opcional: perejil fresco
Lo primero que hacemos es congelarlos durante 48 horas para matar posibles anisakis.
Después descongelamos lentamente en la nevera 24 horas.
Nos ponemos unos guantes y los lavamos varias veces en agua fría.
Abrimos el boquerón a lo largo retiramos la espina estirando hacia la cola, que también retiramos.
Partimos en dos a lo largo.
Volvemos a lavar y escurrimos.
Las ponemos en un táper y cubrimos casi por completo con vinagre (2/3) y el resto con agua fría (1/3), preferiblemente mineral.
Metemos en la nevera lo justo hasta que se vuelvan blancas por completo. En la siguiente foto llevaban 3 horas y las dejé 1 hora más, hasta que desapareció el tono rosado.
Preparamos otro táper con el aceite de oliva, sal y el ajo laminado. Escurrimos los boquerones y desechamos el vinagre. Secamos un poco es exceso de líquido y los metemos en el aceite al ajillo. Deben quedar cubiertos por completo. Dejamos en esta maceración un mínimo de 24 h.
Duran una semana en la nevera, aunque en casa esto es lo que quedaba a los dos días.
Ideales para unos pinchitos.
El aceite de la maceración es una deliciosa vinagreta para ensaladas y pescados.