Este es uno de esos segundos. El resultado es delicioso. Un pan tierno, ideal para comer tal cual o con un chorrito de aceite de oliva, con un poco de queso crema o con un poco de tomate y aceite. Lo hice en bolitas, pero podéis hacer un pan y cortarlo en rebanadas. Saldrá rico igual.
Uno de los secretitos que tiene es que está hecho con el suero de preparar un queso fresco de hierbas. Haciendo esto, el mismo suero ya estaba aromatizado, por lo que toda la masa quedó impregnada de ese aroma silvestre que tanto me gusta. Si os apetece hacerlo con el suero del queso, os dejo esta receta de Silvia en la que lo explica a la perfección, aunque en este caso sustituiríamos el orégano por hierbas provenzales. Si no os apetece, podéis escurrir unos 3 yogures naturales en un colador con una gasa y dejarlo así durante un par de horas en la nevera, utilizando después el suero resultante (con los yogures escurridos se pueden hacer otras cosas, así que los podríais aprovechar), y si os faltase suero, lo completaríamos con leche.
Para prepararlo tiré de panificadora. Me va muy bien con masas que necesitan bastante amasado, porque me permite dejarla trabajando e irme a hacer mis recados, y acabar el amasado con una noche de fermentación en frío en la nevera.
Pero si no tenéis amasadora, podéis hacer un amasado tradicional a mano o en amasadora, con reposos de unos 15 minutos y 3 o 4 amasados de 5 minutos.
Vamos con la receta.
Para un molde cuadrado de 20 * 20 cm (o 9 brioches individuales):
350 gr de harina panificable (o mitad de fuerza – mitad floja) en este caso, multicereales
175 ml de suero de leche (o de suero de yogur o leche en su defecto)
75 gr de aceite de oliva virgen extra
1/2 cucharada de miel
1 huevo campero
1 cucharada de hierbas provenzales
1 cucharadita de sal
1 sobre de hierbas provenzales
huevo para pintar
Antes de empezar:
1.- Si no vamos a usar la panificadora, templamos el suero de leche durante unos 30 segundos a baja potencia en el microondas y disolvemos en él la levadura, dejándola hasta que espume.
2.- Preparamos un recipiente con tapa hermética lo suficientemente grande como para que podamos dejar la masa fermentando en él hasta que doble. Esto lo haremos para que haga la fermentación en frío en la nevera durante la noche. Esto no es necesario, pero ayuda mucho a la masa.
Preparación en panificadora:
1.- En el molde de la panificadora pondremos, en este orden, el suero de leche, el aceite, la miel, la sal, el huevo un poco batido, la harina y la levadura. Pondremos en marcha el programa de amasado y añadiremos las hierbas cuando suene la señal acústica para añadir ingredientes.
2.- Cuando termine el programa, pasamos la masa al recipiente hermético que hemos preparado y la dejaremos en la nevera toda la noche (si vamos a hacer la fermentación en frío. Este paso no es necesario).
3.- Cuando vayamos a preparar el pan al día siguiente, sacaremos la masa de la nevera y la dejaremos reposar hasta que se atempere.
Preparación manual o en amasadora:
1.- En el bol de la amasadora colocaremos los ingredientes en este orden: harina, hierbas provenzales, huevo un poco batido, aceite, suero de leche con la levadura disuelta, miel y sal. Ponemos en marcha la amasadora con el accesorio de gancho y haremos unos 3 o 4 amasados de 5 minutos con intervalos de 10 o 15 minutos entre ellos, hasta que veamos que tenemos una masa elástica y pegajosa pero que se suelta de las paredes del bol.
Si lo hacemos a mano, formamos un volcán con la harina y vamos añadiendo el resto de ingredientes mientras amasamos. Usaremos el mismo modo de amasar, con intervalos.
2.- Pasamos la masa al recipiente hermético si vamos a hacer la fermentación en frío. Este paso no es imprescindible. Si no, pasamos la masa a un bol que habremos engrasado un poco con aceite de oliva y que mantendremos tapado hasta que la masa doble de volumen.
Resto de la preparación en común:
1.- Si el molde que vamos a usar es cuadrado, dividiremos la masa en 9 porciones iguales (echad mano de la báscula). Cada una de ellas la estiraremos y la enrollaremos sobre sí misma, estirando del borde de la masa estirada hacia el centro en varios puntos, como si se tratase de un pañuelo. Esto retuerce la masa y queda muy rica y con una forma muy bonita dentro de los panecillos. Si no os apetece, hacéis bolitas, las redondeáis sobre la mesa de trabajo y las vais colocando unas al lado de otras en el molde, que habremos engrasado previamente con aceite de oliva.
2.- Dejaremos fermentar la masa en el molde hasta que doble su volumen.
3.- Precalentamos el horno a 180 ºC.
4.- Pintamos el brioche con huevo batido y lo horneamos durante unos 25 minutos, tapando el molde con papel de aluminio a los 15 para que el pan no se tueste demasiado.
5.- Al acabar, dejaremos templar el molde durante unos minutos y sacaremos el pan de él para dejarlo enfriar totalmente sobre una rejilla, y ya estará listo para su consumo.
Espero que os guste. Esta receta llegó a casa para quedarse.
¡Que aproveche!