Cuando oímos hablar de brownies normalmente lo asociamos a algo empalagoso, que no por ello deja de ser delicioso. Pero no tiene porque.
Obviamente si a un brownie de chocolate de altura considerable le volcamos chocolate deshecho por encima, troceamos cookies y pepitas de chocolate... bueno digamos que puede resultar un tanto pesado a la vista y al estómago. Que vuelvo a repetir que depende del momento no dudaría en pedirlo de postre en un restaurante :)
Pero porque no de postre de Navidad? No lo imaginamos por lo de arriba indicado, solo falta que después de la comilona pertinente saquemos a la mesa un postre así. Pues bien, este brownie de limón que os traigo hoy no es para nada, pesado.
Tiene un sabor intenso a limón, con un toque de frescor que hace que puedas comerte más de un trozo seguido. Y para mí es perfecto para sacar con los turrones, por ejemplo.
Y sino pues mira, para el resto del año...que una receta de brownie rico nunca está de más. Verdad?
INGREDIENTES (todo a temperatura ambiente)
4 huevos
160gr mantequilla punto pomada
250gr azúcar moreno
160gr harina
Ralladura de 2 limones
Zumo de 2 limones
100gr chocolate blanco rallado o picado fino Glasa
120gr azúcar glass
2 cucharadas sopera de zumo de limón
ELABORACION
Precalentamos el horno a 180º.
Con la pala de nuestra batidora, o bien con una cuchara o varillas manuales mezclamos la mantequilla con el azúcar hasta integrar.
Uno a uno, añadimos los huevos. No añadimos el siguiente hasta estar integrado el anterior.
Incorporamos la ralladura y el zumo, mezclamos.
Poco a poco añadimos la harina tamizada sin dejar de mezclar.
Por último, el chocolate blanco que con movimientos envolventes integramos a la masa.
Horneamos en un molde cuadrado (saldrá más alto) o en uno rectangular durante 40 minutos o hasta que al pinchar en el centro salga el palillo limpio.
Para preparar el glaseado, añadimos el zumo de limón al azúcar glass poco a poco. Con unas minivarillas o un tenemos mezclamos hasta conseguir la consistencia de glasa deseada.
Hacerlo poco a poco, primero una cucharada y luego otra. De esta manera véis como queda y quizás con una y media tenéis suficiente para la consistencia que queréis.