Hola todos... Hoy os traigo una especie de pan típico venezolano,con un toque dulzón relleno de un picadillo de jamón york , a veces con beicon o fiambre, se come para el desayuno acompañado de un buen café, zumo, ummmm o para una merienda y lo venden en todas las panaderías del país.
Su origen es desconocido pero se cree que fue creado por un portugués a principios del siglo XX. Para ubicaros en el contexto de la historia de Venezuela, a finales del sigo IX y principios del XX hubo varias oleadas migratorias procedentes de Europa y sobretodo, españoles, portugueses e italianos. Los portugueses entre otras cosas, se dedicaron a abrir panaderías y mezclaron sus sabores propios con los sabores locales por ejemplo el tono dulzón se lo da la panela, papelón en Venezuela, que proviene del jugo de la caña de azúcar que es secado antes de pasar por el proceso de purificación que lo convierte en azúcar moreno o moscabado.
Otros dicen que su origen se debe a un panadero ubicado en el centro de Caracas que preparaba el pan de jamón para las fiestas ñavideñas y viendo que le sobraban grandes cantidades de jamón decidió hacer uso de este sobrante usándolo de relleno de una masa, hornéandolo y poniéndolo a la venta en su establecimiento, logrando un gran éxito e incorporándose al desayuno diario de los venezolanos.
Así que sea cual sea su origen es una maravilla y encanta a todo el mundo...
Las fuentes que he consultado son: http://soplaryhacerbotellas.blogspot.com.es y el blog de donde he sacado información y la receta original es:http://www.gastrocronicas.com, los cuales recomiendo que visitéis.
Mi querido cuñado Alberto que vive en Canadá me pasó esta receta maravillosa que os doy a continuación, espero no defraudarle ya que dicen y seguro será cierto que le han quedado espectaculares y no lo dudo...Gracias Albert...
Ingredientes:
Para 20 -22 unidades: 1 cucharada levadura en polvo ½ taza azúcar 1 cucharadita sal ½ taza mantequilla derretida o aceite vegetal (NO de oliva) 3/4 taza de leche 4 1/2-5 tazas de harina todo uso (más extra para amasar y estirar) 2 huevos, ligeramente batidos 800 gr de jamón york en lonjas finas, cortado en tiritas y yo le puse 600 gramos de jamón y 200 gramos de beicon, 1 huevo batido para pintar (o mantequilla derretida o leche con azúcar) 1-2 cucharadas de papelón rallado (o derretido)
Preparación:
Para activar la levadura, se espolvorea y se disuelve en un ¼ taza de agua templada con un poco del azúcar (una cucharada) por 10-15 minutos. El agua tiene que estar caliente, pero no hirviendo porque mata la levadura. La levadura se activa si le sale espuma y parece que creciera. En un recipiente grande mezcla la leche con el resto del azúcar, la mantequilla derretida (pero no muy caliente para que no se cocinen los huevos), la sal y los dos huevos previamente batidos. Incorpora la levadura una vez que levante, e ir agregando la harina taza por taza, revolviendo bien (en especial las primeras dos tazas) para que no queden grumos. Cuando esté incorporada toda la harina, amasa vigorosamente por unos 8-10 minutos, hasta que la masa esté suave y elástica y no se pegue de los dedos. Tal vez necesites ir agregando más de harina (pero hazlo poco a poco, de modo que la masa no quede demasiado seca). La cantidad de harina depende de varios factores: a veces es muy fina y absorbe más líquido, otras veces los huevos son demasiado grandes y le añaden más humedad al asunto. Si, por el contrario, notas que la masa está muy seca, le pueden agregar un poco más de leche. Una vez amasada, pon la masa en un recipiente grande tapado con un paño húmedo y guarda en un sitio a temperatura algo mas elevada del ambiente (puede ser en el mismo horno apagado, o cerca del radiador de la calefacción si viven en latitudes ingratas. o detrás de la nevera). El recipiente tiene que ser grande porque la masa va a duplicar su tamaño, es importante la temperatura para que la levadura se active y crezca. Espera por unas dos horas (sí, parece una eternidad, pero vale la pena). Si la masa no ha crecido en este tiempo, es porque la levadura estaba estropeada. Cuando crezca la masa, enharina ligeramente la superficie de trabajo, pon la masa y sacale el aire por completo apretando con las punta de los dedos o usando los nudillos. Haz un disco plano y divide (con cuchillo) en cuatro porciones iguales. Trabaja con una porción a la vez. Enharina el rodillo y ve estirando hasta hacer un círculo de unos 25-30 cm de diámetro (el grosor depende del gusto personal: si te gustan esos cachitos medio transparentes y grandes,
entonces estira bien la masa; por el contrario, si eres de esos que disfrutan del gusto dulzón de la masa, con un toque moderado de jamón, entonces déjala más gruesa). Una vez que esté bien estirada la masa, divide en 8 porciones (tipo una pizza). Cada triángulo es un cachito. Usualmente hay que estirar un poco más cada triangulito por separado, para que el cachito quede de buen tamaño. Pon el jamón (al gusto) en la base del triángulo (suponiendo que es un triángulo isósceles) y enrolla hacia el vértice. Dos trucos para que el jamón no se salga: uno, antes de comenzar a enrollar, dobla los bordes como haciendo un bolsillo alrededor del jamón y enrolla hasta el final; y dos, al colocar los cachitos sobre la bandeja (previamente engrasada), pon el piquito hacia abajo. Deja espacio entre cada cachito, porque crecen considerablemente. Los primeros cachitos salen horribles (es un hecho científico), pero ya los siguientes se van pareciendo más a los de la panadería. Una vez en la bandeja, pinta cada cachito con huevo batido usando una brocha de repostería (o los dedos, para qué engañarnos), pone en un sitio con temperatura templada y deja reposar por una hora (otra eternidad más, pero insisto: vale la pena). Hay quienes los pintan con mantequilla derretida o con una mezcla de leche con azúcar. La idea de pintarlos es que la masa no se agriete mientras crece, y que se dore al hornear. Nota: Una lectora nos sugirió hacer una mezcla de huevo con papelón derretido (1-2 cucharadas de papelón rallado, mezclado directamente con el huevo, o disuelto en 1 cucharada de agua templada). ¡Altamente recomendado! Ahora siempre los barnizamos con esa mezcla y no os podéis imaginar la delicia que resulta. Otra cosa, descubrí que es mejor barnizarlos dos veces: una, antes de dejarlos reposar, y otra justo antes de hornearlos. Se doran mejor así.
Pasada la hora, precalienta el horno a 350º F / 175º C y horne por 15 minutos (hasta que se vean doraditos). También les puedes poner un poco de queso, por ejemplo un cheddar o edam suave rallado. O puedes usar jamón de pavo.
Da para 20 -22 cachitos
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