INGREDIENTES (2 personas)
4 calabacines "luna"
120 grs de carne picada de vacuno
1 zanahoria
1 ramita de apio
1 cebolleta pequeña
1 puerro (la parte blanca)
Tomate triturado
1 bote pequeño de champiñones
Queso mozzarella
4 huevos de codorniz
Sal, pimienta, aceite de oliva y pimentón picante
Duración: 20 minutos + 35 minutos de horneado
Los "luna" son una variedad de calabacín bastante curiosa a la vista y que quedan especialmente bien a la hora de presentarlos en la mesa. No es fácil encontrarlo, así que si dais con ellos, no lo dudéis, compradlos. En esta ocasión haremos un relleno básico (como lo haríamos con unos calabacines normales) pero lo coronaremos con huevo de codorniz. El aspecto sorprenderá a cualquier comensal. Y de sabor, ni os cuento... casi mejor os dejo probarlo. Silencio.... se cocina.
Lo primero que haremos será cortar la "tapa" de arriba e ir vaciando con cuidado los calabacines con la ayuda de una cucharilla de café. Hay quien los asa primero o los cuece para ablandarlos, pero no es necesario. La carne sale bastante bien en crudo. Y luego los vamos a hornear enteros. Bueno, pues los vaciamos y reservamos, por supuesto, la carne del calabacín para el relleno.
Por otro lado picamos la cebolla, la zanahoria, el apio y el puerro (siempre bien lavados antes) y los vamos pochando en una sartén con unas 2 cucharadas de aceite de oliva. Les echamos una pizca de sal para que las verduras suden y se hagan antes.
Cuando veamos que ya están en su punto, añadimos la carne y salpimentamos. Removemos bien todos los ingredientes hasta que la carne pierda ese color rosado.
Incorporamos el tomate triturado, la carne del calabacín y los champiñones. Removemos bien a fuego medio para que se integren todos los sabores durante unos minutos.
Con nuestro relleno ya preparado, llega el momento de llenar los calabacines "luna". Dejamos el horno precalentando a unos 180º y vamos procediendo.
Rellenamos los calabacines y los colocamos en una bandeja de horno (con las tapas que habíamos cortado antes). Colocamos encima unas rodajas de queso mozzarella e introducimos en el horno unos 30-35 minutos. Iremos vigilando para que el queso se dore bien pero no se queme.
Mientras tanto colocamos en una sartén aceite de oliva y vamos friendo los huevos de codorniz. NOTA: Tener cuidado a la hora de abrirlos, ya que son muy frágiles y se os puede colar algo de cáscara. Pegarles un corte con la punta de un cuchillo en la parte superior y retirar despacio.
Ya sólo nos queda emplatar. En un plato disponemos los calabacines y sobre cada uno de ellos, nuestro huevo de codorniz frito. Espolvoreamos un poco de pimentón dulce y listo. ¡Que aproveche, hitchcookianos!
Película ideal para degustar este plato
KELLY"S HEROES
("Los violentos de Kelly" de Brian G. Hutton - 1970)
La presencia de los calabacines "Luna" marcan y determinan, como no podía ser de otro modo, el conjunto del plato. Y merecían tener una comparación digna con su originalidad. En esta ocasión me he dejado llevar por dos ideas: la forma y el número. Me explico. La forma y color de la hortaliza me inspira una granada de mano. Lo cual le otorga ya un ramalazo bélico de consideración. Y viendo que son cuatro los protagonistas de la receta, no podía dejar escapar la oportunidad de compararla con esa pieza ácida, antimilitarista y cómica que supone Los violentos de Kelly.
La década de los 70 supone en el cine americano una corriente de artistas librepensadores que querían usar el cine (la literatura, la pintura...) como mecanismo de protesta contra el Gobierno, y más en concreto contra la polémica guerra de Vietnam. Durante esa década encontramos desde piezas paródicas en M.A.S.H (1970) hasta brutales descensos a los infiernos en Apocalypse Now (1979). Los violentos de Kelly supuso una aguerrida comedia de acción del cine bélico. Aquí los héroes son un puñado de combatientes que les importa muy poco su país; ellos están más por la labor de hallar un preciado tesoro nazi oculto tras las líneas enemigas. Su motivación no es el orgullo militar, ni el deber patriótico: es simple y llanamente llenarse los bolsillos con lingotes de oro.
Esta premisa golpea de lleno en el ego de Estados Unidos, tan proclive a ensalzar sus participaciones en conflictos bélicos. Los 70 eran una época en la que los cineastas querían romper con el Old Hollywood (el viejo Hollywood) y convertirse en artífices del pensamiento masivo. Sus películas eran alegatos contra el orden establecido. Querían romper barreras y de hecho, lo consiguieron.
Nuestra receta, como ya he dicho, tiene esa curiosa apariencia de granada de mano que representa el elemento de guerra. Asimismo el verde de la piel del calabacín, casi de camuflaje, parece el uniforme de batalla de los codiciosos soldados. Y para colmo son cuatro los protagonistas tanto del plato como de la película. Clint Eastwood, Telly Savalas, Donald Sutherland y Don Rickles se nos muestran aquí como ese pelotón de desertores caraduras, que aprovecharán la guerra para beneficio propio.
Seres que muestran un uniforme militar (ojo al del liberal Sutherland con sus peculiares chaqueta y gorro) como coraza pero que por dentro albergan un compadreo perfectamente homogéneo. Pese a sus diferencias, hacen gala de la amistad y la camaradería (mezclando la carne y las verduras) para lograr el dorado botín soñado.
Los huevos de codorniz terminan por coronar la obra, dándole ese toque de comicidad y de fina ironía con el pimentón picante. En conclusión: una entretenidísima película, llena de grandes y memorables momentos y que llama la atención por su aspecto de crónica antibelicista. Igual que nuestros calabacines, cuya apariencia destaca y sorprende a todo a aquel que quiera librar esta particular batalla.
Fuente: este post proviene de The hitchcook, donde puedes consultar el contenido original.
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