Hacía muchísimo tiempo que no preparaba este plato, con lo que a mí me gustan los calamares así.
Sabéis que soy de publicar recetas bastante rápidas y sin muchas complicaciones. Pues bien, este es el plato estrella de estas características.
Se hace todo junto y a la vez, lo más pesado es pelar todas las cebollas y cortar todos los calamares. Y algo muy bueno, es súper sano.
Esta receta me la dio mi madre cuando hace 10 años me fui a vivir sola, y a ella se la enseñó a hacer mi abuela Rosa, gran cocinera donde las haya según me cuenta todo el mundo.
Acompañamiento ideal, arroz blanco. Yo usé uno aromatizado que compro a granel en la tienda Perris del barrio del Born de Barcelona.
INGREDIENTES
2kg de calamares
2kg de cebollas
3 ajos
Pimentón dulce
Pimentón picante
Coñac, vino blanco o wisky
Perejil picado
Aceite de oliva virgen extra
Sal y pimienta
ELABORACIÓN
Limpiamos bien los calamares, cortamos las patas y en rodajas el cuerpo. Para que os hagáis una idea yo los cortaba en 3 trozos.
Cortaremos las cebollas en juliana (en gajos)
En una cazuela grande echaremos un chorro de aceite en el fondo y encima toda la cebolla. Salpimentaremos, otra vez un chorro de aceite y una cucharada sopera de pimentón dulce y unas pizcas de picante. Hemos de tener en cuenta que el color del plato nos lo aportará el pimentón, así que no tengáis miedo que ha de quedar oscurito.
La capa de encima colocamos los calamares y volvemos a repetir la misma operación de aliño.
Taparemos la cazuela y a fuego medio dejaremos hasta que el agua de las cebollas suba hasta los calamares, momento en el cual podemos empezar a remover.
Será entonces cuando echaremos un buen chorro de vino, coñac o lo que prefiráis y seguiremos cocinando con la tapa retirada hasta que veamos que la cebolla está bien tierna.
Rectificaremos de sal y pimentón si veis que están muy claritos antes de acabar de cocinar.
Espolvorearemos con perejil picado y serviremos muy caliente con arroz blanco como acompañamiento.
NOTAS
Yo uso una cazuela de hierro que tengo grande y bajita, con tapa de cristal. De esta manera las capas quedan más uniformes al ser tanta cantidad. Luego los ingredientes cocinados se reducen a la mitad.
Que no os de miedo el pimentón, pero ojo no uséis un pimentón ahumado que acabaréis comiendo calamares con gusto a chorizo.