Pues lo prometido es deuda, aquí me tenéis de nuevo con una receta muy tradicional y que hace mucho tiempo que tenía ganas de hacer, pero por unos motivos u otros nunca llegaba a hacerlos.
Así que aprovechando que la semana pasada venía una amiga a comer me decidí a tirarme a la piscina, y la verdad es que me tiraré muchas muchas veces, pues están buenísimos y además, cómo ahora he de aprovechar los fines de semana para llenar el congelador esta es una receta muy apta para ello.
Seguro que hay mil formas de hacerlos, yo os explicaré la que me ha enseñado mi madre (como no, jeje), a la que voy a tener que nombrar colaboradora oficial de este blog.
Venga, que siempre me enrollo como una persiana, vamos a empezar a cocinar.
INGREDIENTES (Para unos 30 canelones):250 gr de carne de cerdo.
200 gr de carne de ternera.
280 gr de pechuga de pollo.
2 cebollas tiernas.
4 dientes de ajo.
Medio vaso de vino.
30 placas para canelones.
60 gr de harina normal.
60 gr de mantequilla.
1 litro de leche.
Queso rallado.
ELABORACIÓN:
Empezaremos rustiendo la carne, para ello la ponemos en una sartén con un poco de aceite a fuego medio, partida en trozos grandes, la tendremos hasta que veamos que está un poco dorada.
En este punto añadimos la cebolla, partida en trozos grandes, y los dientes de ajo enteros, sin pelar. En este punto añadimos la sal para que la cebolla sude y suelte el agua.
Cuando veamos que la cebolla está pochada (que esté blandita) le añadimos el medio vaso de vino y lo dejaremos hasta que este se evapore, momento en el que lo retiraremos del fuego y lo dejamos templar.
Cuando se haya templado retiramos los dientes de ajo y la carne, junto con la cebolla, la pasaremos por la picadora. Este será el relleno de los canelones. Si no queréis que quede tan seco podéis hacer una bechamel ligerita (podéis ver la receta de la Salsa Bechamel aquí) e ir añadiendo a la carne hasta que tengáis la textura que os guste. Reservamos.
Vamos a cocer las placas (os comento que yo no compro las precocinada, no me gusta como quedan). En este caso se pone una olla grande con abundante agua y sal al gusto. Cuando empieza a hervir iremos poniendo las placas, una a una para que no se peguen entre ellas, y removiendo de vez en cuando por lo mismo. Coceremos el tiempo que nos marca el fabricante, en mi caso fueron 10 minutos. Pasado este tiempo las pondremos en un escurridor y las pasaremos por agua fría unos 30 segundos. Las colocaremos encima de un trapo de algodón para que absorba el exceso de agua.
Pondremos un poco de carne en cada uno de los canalones y los enrollaremos, los que vayamos a comer en el mismo momento los ponemos en una bandeja apta para el horno, el resto lo podéis poner envueltos en papel film y congelar para utilizar en otra ocasión.
Para finalizar haremos bechamel con 60 gr de harina, 60 gr de mantequilla y un litro de leche (sale mucha, pero me gustan los canelones con mucha bechamel, si queréis podéis reducir la cantidad en las proporciones indicadas).
Pondremos la salsa bechamel encima de los canalones, y encima de la salsa pondremos abundante queso rallado para gratinar (yo he utilizado mozarella rallada y ha quedado fantástico), llevaremos al horno a gratinar hasta que el queso esté dorado.
Y ahora ya solo queda dejar que templen un poquito (llevad cuidado pues mantienen mucho el calor) y ponerse morado.
Por hoy esto es todo, si queréis nos vemos el martes, vendré con una receta dulce un poco accidentada pero con final feliz, no os la perdáis.
Un beso enorme a todas/os.