Harta de sufrir dibujando ojitos Disney, decidí crear mi propia línea de princesas y personajes cumpleañables, a ver si convenzo a algún niño de que son monísimos y una gran opción para sus celebraciones. Aunque mucho me temo que nadie puede competir con la dulzura de la Sirenita ni las telarañas de Spiderman, pero no me voy a rendir fácilmente.
Mis princesas de otoño se llaman Carla y Marina, y son así de monas. Hacer estas galletas fue todo un placer, porque los colores me encantan, porque permiten disfrutar decorando con distintas técnicas, y porque tienen unos ojos facilísimos.
Para hacer estas muñequitas utilicé uno de los cortadores de niñas de Postreadicción, que son de una calidad estupenda, y me encanta que me los envían a cualquier parte del mundo. Utilicé como siempre mi receta de galletas.
Preparé icing de consistencia intermedia –icing 15 segundos- en varios colores otoñales: rosa palo, burdeos, verde botella, marrón, amarillo oscuro…
Para decorar este tipo de muñecas hay que ser cuidadoso con los tiempos de secado de cada parte para evitar que se nos mezclen los colores, así que iremos decorando zonas que estén alejadas unas de otras.
Para la ropa empleé la técnica wet on wet; es decir, fui poniendo el icing de base, seguidamente tracé puntos o líneas con icing de otro color y con un punzón fui haciendo los dibujos; aguas, corazones, flores… Para el próximo mes espero publicar un tutorial con los elementos más básicos de esta técnica.
Para las flores simplemente decoré con el mismo icing, dando distintas capas y permitiendo que secaran por completo antes de continuar con la siguiente.
Una vez acabados y secos todos los elementos, di el toque final a la decoración con un poco de oro. El oro me gusta cada vez más, el de decorar galletas y el de verdad; se ve que me hago mayor. En este caso volví a usar mi tono favorito mezclado con un poquito de vodka, y con un pincel finito hice líneas, coloreé botones y rematé los detalles.
No creo que Carla y Marina acaben desplazando a Elsa y Anna, la verdad. ¡Mis niveles de optimismo suelen ser altos pero no tanto! Pero nadie me podrá negar que al menos mis princesas son bonitas y están ricas.
Y además son bastante más exclusivas y no están hasta en la sopa. Hala.
¿O acaso no es maravilloso ser princesa del Otoño?