Una vez hecha la masa, estirada y refrigerada, hay que cortar las galletas y con un cuchillo quitar la parte central para que la forma sea más parecida a una seta. Pondremos juntitos los fragmentos y al hornear se quedarán bastante bien pegados.
No nos debe preocupar que no esté muy fuerte, porque al decorar con icing quedará ya pegado del todo.
Cuando las galletas estén totalmente frías podremos empezar a decorar, trazando con icing de delineado de color blanco el contorno de las setas.
Sin esperar a que se seque, iremos rellenando con icing de relleno el tallo o pie de la seta y la parte de arriba o sombrero en color rojo, dejando tiempo para que sequen por completo. Podemos aprovechar y hacer puntitos blancos sobre el rojo wet on wet; con esto la seta quedará más de cuento y menos realista, o añadírselos más tarde.
Una vez seca, procederemos a rellenar la parte de las láminas o carne de la seta, trazando líneas con icing de delineado y una boquilla del número #2. Las haremos en dos fases; dejando un hueco entre las líneas y permitiendo que sequen bien antes de continuar para que no se nos mezcle todo el icing.
Cuando se haya secado esta parte, continuaremos añadiendo icing de delineado al pie de la seta; por cierto he aprendido que lo de arriba se llama anillo y lo de abajo volva.
Transcurridos unos minutos, cuando se haya empezado a secar, daremos unos toquecitos con un pincel seco para hacer la textura rugosa propia de estas partes de la seta.
Y dejaremos secar por completo.
Haremos lo mismo con las manchas o escamas del sombrero de la seta si queremos que quede con un aspecto más realista y no con los puntitos típicos de una seta de enanito: dejar secar un poco el icing y luego chafarlo un poco con un pincel seco.
Al día siguiente –se nota por la luz de las fotos, vaya día luminoso- acabaremos los detalles ensuciando un poco nuestra galleta con tierra. Pero no con tierra real, sino con polvo matizador comestible de color marrón. Con un pincel seco lo aplicaremos en el pie de nuestra seta, insistiendo sobre todo en el anillo y la volva que son los que más tierra suelen tener.
Y ya están nuestras setas recién recolectadas y listas para comer. Pero ojo; sólo las galletas. Porque la seta del modelo es una Amanita Muscaria, neurotóxica y alucinógena, y casi mejor las dejamos tranquilas en el bosque.
Como soy una gran fan de las minigalletas, también añadí unas BELLOTAS que hice con icing en dos tonos de marrón:
Y rematé con rotulador alimentario:
Y como los CUADROS ROJOS Y NEGROS siempre vuelven a la paleta de color en otoño, decidí añadir unos al set. Para hacer los míos utilicé galletas cubiertas de glasa roja a las que di un toque de negro con mi aerógrafo, empleando un stencil y mi nuevo y maravilloso Stencil Genie.
¿Os gustan? ¡En el próximo post más otoño!