¿Qué necesitamos?
150 gr. de solomillo de buey
20 gr. de rúcula
20 gr. de parmesano
5 gr. de piñones
10 ml. de aceite de oliva
1/2 limón
5 ml. de aceite de trufa
Sal maldon
Pimienta negra recién molida
Sal
¿Que hacemos?
Empezaremos con el solomillo, lo tendremos limpio de exceso de grasa y pieles, ahora lo enrollaremos con papel film dándole forma circular, le daremos varias vueltas hasta que este bien apretado. Una vez lo tengamos enrollado lo metemos en el congelador.
Lo congelaremos para poder cortarlo mejor, lo sacaremos unos 5 minutos antes de que lo vayamos a cortar, para que no este tan duro. Mientras esperamos esos 5 minutos aprovecharemos para hacer el aliño, que usaremos para aliñar la carne y la rúcula.
Para el aliño usaremos el aceite de oliva, el zumo del medio limón, un poco de sal, pimienta negra, el aceite de trufa y los piñones, lo emulsionaremos con la ayuda de un tenedor y reservaremos.
Cortamos el solomillo, con la ayuda de una máquina corta fiambres, lo más fino que podamos sin que se llegue a romper y lo vamos colocando en el plato al mismo tiempo, ya que si dejamos que se descongele mucho se nos romperá y no quedara tan bonito. Ahora, con una cuchara, aliñamos la carne, dejaremos un poco para aliñar la rúcula, salpimentamos con sal maldon y el molinillo de pimienta, colocamos la rúcula y añadimos el resto del aliño. Decoramos con unas lascas de parmesano sacadas con un pelador y un poco más de pimienta.
Listo para comer, que aproveche.
Trucos
Necesitamos una corta fiambre para poder cortarlo bien, ya que si lo cortamos con cuchillo no nos quedara tan fino y perderemos sabor.
Si no tenemos una máquina corta fiambres, podemos comprar ya cortado que venden en raciones, y modificarlo con este aliño, la rúcula y el parmesano.
Podemos hacerlo de carne de buey como de ternera, o de pescado, como el carpaccio de salmón.