Ya sabéis de mi afición por los carpaccios, ceviches y tartares, y aún no había publicado la madre de todos los carpaccios que es el de ternera. El origen exacto del plato se ignora, se suele afirmar que data de mediados del siglo XX y que procede de la invención de Giuseppe Cipriani en el Harrys Bar de Venecia, donde habría sido preparado a petición de una cliente y amiga, la condesa Amalia Nani Mocenigo, a quien su médico le había prescrito comer carne cruda. Por su similitud cromática con las obras del pintor Vittore Carpaccio, cuyas obras se caracterizaban por la profusión de rojo y amarillo, habría sido bautizado de ese modo (Fuente: Wikipedia).
Originariamente el plato se realizaba con solomillo de buey, aunque si no tenéis solomillo o no os lo podéis permitir por el precio elevado de éste podéis hacerlo con otro corte de carne, yo, en concreto lo he realizado con la parte de la babilla, teniendo en cuenta que tendremos que limpiarla bien de grasas y que además sea una materia prima de ternera. Yo en estos casos no me arriesgo y para este tipo de elaboraciones siempre compro la carne en Carnicería Mijoma de Salobreña (en el Mercado Municipal).
INGREDIENTES:
200 gr. de babilla de ternera en un trozo
Aceite de oliva virgen extra (si la carne era importante el AOVE de gran calidad no lo es menos, en esta ocasión he usado el primer aceite de la campaña 2015-2016 del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Sierra Mágina)
Vinagre balsámico
Queso Grana Padano o Parmesano
Sal
Pimienta
Unas hojas de albahaca fresca
PREPARACIÓN:
Tendremos la carne congelada previamente o si no la congelaremos una media hora antes, para así poder hacer el corte de los filetitos lo más finos posible. Vamos disponiendo sobre el plato de presentación. Preparamos una vinagreta con el AOVE, el vinagre, la sal y la pimenta recién molida
Rallamos el queso y esparcimos por encima de la carne, al igual que las hojas de albahaca que cortaremos y con las que decoraremos el plato.
Rociamos la vinagreta por todo el plato empapando la carne en ella o también podemos pintar la carne con la vinagreta con la ayuda de una brocha de cocina y metemos en el frigorífico durante al menos media hora, para tomar bien frío.
Sacamos de la nevera y servimos.
Feliz martes.