Hay dos cosas que nunca pueden faltar en mi despensa: "el papel higiénico" y la cebolla, el primero de ellos por razones obvias y no me hagáis entrar en detalles y la segunda porque es la base fundamental de casi todos los platos que cocino, a excepción de los postres (claro está).Me encanta la cebolla!!!, y todas sus variedades, cebolletas, amarillas , blancas, moradas, vidalias, rampa, chalota, perla, cippolini....y como no, los puerros de mis amores.
Haciendo honor a la verdad tengo que deciros que la mitad de estas no las había escuchado nunca, pero me pasa como con vosotros, que seguro que cuando las conozca personalmente van a ser imprescindibles en mi vida.Pero mientras , para eso está la recurrente wikipedia.
La receta de hoy es más que una receta en sí, un apunte de cocina, pero que es imprescindible elaborar para realizar con ella un montón de platos deliciosos.
Ingredientes:
Medio kilo de cebollas.
Aceite de oliva virgen extra.
Dos cucharadas de azúcar moreno.
Una cucharadita de vinagre de módena.
Preparación:
Cortar la cebolla en juliana(tiritas), poner un poco de aceite de oliva a calentar en una sartén, cuando pase un minuto aproxim. ponemos las cebollas y las dejamos hacer a fuego medio-bajo (con la tapadera puesta hasta que estén transparentes). En ese punto le añadimos el azúcar y seguimos cocinando (sin destaparlo)y removiendo solo el momento justo para que no se asienten)a medida que van caramelizando notaremos que cuesta más moverlas en la sartén, añadimos entonces el vinagre (lo justo), cocinamos un poco más y apartamos. Conservamos bien en botes herméticos para poder utilizarlas en cualquier preparación.
Si tenemos mucho tiempo también lo podemos hacer de manera natural sin azúcar añadido, dejando que la cebolla libere sus azúcares propios, pero si realizamos bien este proceso la diferencia en sabor es inexistente.
Buen provecho amigos!!!.