Los ingredientes que vamos a necesitar son:
Para la base:
125 g de mantequilla
350 g de galletas digestivas
Para la crema de queso:
600 g de queso crema
225 g de azúcar
4 huevos
300 g de nata (crema de leche) para montar
1/2 cucharadita de extracto de vainilla
1 pizca de sal (opcional)
Para decorar:
mermelada de piña y mango
El queso crema y los huevos tienen que estar a temperatura ambiente a la hora de la elaboración.
El azúcar que vamos a utilizar es azúcar especial para mermeladas que es más fina que la blanquilla. Pero también podemos utilizar azúcar en polvo.
La mermelada de mango y piña viene en la útima caja Degustabox, que sí aún no conoces estas cajas, aquí os hablo sobre ellas. La Vieja Fábrica elabora sus mermeladas siguiendo un proceso artesanal para poder conservar mejor la textura, el color y el aroma de la fruta haciendo que esta combinación de frutas sea ideal para una tarta como la que vamos a hacer hoy.
Preparación:
Elegimos el molde, una lata antiadherente y desmontable de 23,5 cm. Si no es antiadherente tenemos que engrasarlo. Yo prefiero poner papel de horno en la base.
Pesamos las galletas y las picamos con ayuda de un robot de cocina o manualmente. Yo suelo hacerlo manualmente, las meto en una bolsa de plástico que cierro y luego las aplasto con un rodillo hasta lograr una textura de migas.
Si tienes estrés o un mal día, esta actividad es muy relajante ya que golpear con el rodillo la bolsa con las galletas puede liberar ese estrés y relajarte. Te recomiendo que lo pruebes. Ya me contarás.
Bueno, después de este inciso, continuemos con la elaboración de la base de la tarta. Derretimos la mantequilla en un cazo a fuego lento, cuando la mantequilla esté lista, la retiramos del fuego, añadimos las migas de galleta y mezclamos bien.
Echamos la mezcla en el molde y con las manos o una cuchara enpujamos la masa para que quede uniforme en la base del molde. Dejamos que enfríe. Podemos meterlo en la nevera si fuera necesario.
Colocamos una bandeja de horno a una altura media baja y precalentamos el horno a 160ºC con calor arriba y abajo.
Introducimos en un vaso de un procesador de alimentos el queso crema y el azúcar y batimos hasta que esté suave. Añadimos los huevos, uno a uno, sin dejar de batir. A continuación, agregamos la nata (crema de leche), el extracto de vainilla y una pizca de sal y batimos hasta que quede suave.
Vertemos la crema de queso sobre la base de galleta enfriada y llevamos al horno. Horneamos durante 75 minutos o hasta que la tarta de queso esté firme pero aún tenga un ligero "balanceo". A continuación, pasamos a función asar y horneamos durante 20 minutos más.
Dejamos enfriar la tarta dentro del horno con la puerta un poco abierta, para que no se raje con el cambio de temperatura, durante 30 minutos.
Sacamos del horno y dejamos que enfríe a temperatura ambiente durante una hora como mínino y luego la llevamos a la nevera y dejamos enfriar durante varias horas o toda la noche.
El cheesecake se puede envolver y congelar en este punto. Si usamos una lata o molde sólido para hornear, congelaremos la tarta de queso en la lata. Cuando queramos servirla, la sacamos del congelador, la llevamos a la nevera y dejamos que se descongele durante la noche o a temperatura ambiente durante varias horas.
Presentación:
Transcurrido este tiempo, sacamos de la necera y quitamos con cuidado el molde. Para terminar y decorar, extendemos la mermelada sobre el cheesecake enfriado.
Este espectacular pastel de queso al horno con sabores y aromas tropicales como mango y piña es un postre refrescante, perfecto para disfrutarlo toda la familia.
Bon appétit!