A pesar de su tamaño, enriquecen cualquier plato. Ya sean arroces, guisos, pescados, cocinadas al vapor, al ajillo...
Ya he publicado varias recetas con ellas, como han sido arroz caldoso con chirlas, gambas y rebullones y arroz con chirlas . Hoy las traigo al ajillo, con mucho sabor a mar. Siempre recomendable acompañarlas con una cervecita fresquita, un buen vino del Condado de Huelva y pan al lado, pues la salsita no hay que dejarla en el plato.
Estas chirlas vienen de Isla Cristina ( Huelva ) y han sido un regalo de mi yerno Manuel, ya famoso en la blogosfera por sus rebullones, el atún y en general por el mejor pescado; sabéis que siempre está pendiente de mi cocina y me trae lo mejor.
¡¡¡ Jajajajaja, qué suerte tengo !!
Y a las horas que son , no queda más que cocinarlas en un momento, y disfrutarlas en la mesa con la familia al completo.
INGREDIENTES
1 k. de chirlas
1 manojo de perejil fresco
5 dientes de ajo
1 vasito de vino balnco
AOVE
sal
PREPARACIÓN
Lo primero que haremos será lavar las chirlas y quitar cualquier resto de tierra que traigan. Para ello, las enjuagaremos bajo el grifo y después las dejaremos unos 20 minutos cubiertas con agua y una cucharadita de sal. Transcurrido ese tiempo sacamos del agua, las dejamos escurrir y reservamos.
Pon aceite a calentar en el fondo de una sartén. Agrega los ajos pelados y laminados.
Cuando adquieran color dorado, añade las chirlas y el vino.
Remueve un poco, en seguida incorpora el perejil picado y tapa la sartén con una tapadera.
Las chirlas irán soltando su propio jugo, y en unos 2 minutos estarán abiertas. No hay que pasarse en la cocción pues se quedarían secas.