Un título largo para una entrada con varias cosas que contar. Hoy vais a conocer un poquito más de Rocio, y es que además de la cocina me gustan las manualidades y ultimamente me ha dado por el patchwork. Empecé a interesarme el día que mi tía me envió esta colcha y desde entonces ese interés se ha convertido en otro de mis hobbies DIY.
Por otro lado, os tengo que contar que a pesar de yo soy de esas personas que disfrutan del invierno, que me encantan los días lluviosos en casa, con un bizcocho y un cafelito, este año hay que reconocer que el invierno está revolucionado, con tanta ciclogénesis explosiva, ya tengo ganas de que llegue la primavera, [que por cierto también me encanta, así que va a ser que realmente disfruto mucho de cada estación no?] y para ir adentrándonos en lo que va a ser el buen tiempo, sin extremos de lluvia ni sofocos de calor, es decir en la estación más dulce del año, SilikoMart ha vuelto a pensar en mí para el lanzamiento de su campaña de primavera y mirad que monada más romántica he tenido el placer de usar.
Por último os diré que esta semana pasada me compré dos libros estupendísimos, que tenía muchísimas ganas de tener. Uno el de La cocina fácil de Lorraine Pascal, por fin en español, que ya sabéis que me gusta tanto que incluso tiene una etiqueta en este blog para ella sola, de ese ya os hablaré otro día.
Del otro libro, es precisamente la receta que hoy os traigo. Yo creo, que a cualquiera que le guste la repostería, le sobra todo lo que yo pueda decir sobre "El rincón de Bea" es simplemente una maravilla cargada de valiosas recetas que siempre salen perfectas. De hecho en una semana ya he hecho tres tartas, que os iré enseñando poco a poco, porque hoy vamos a ponerle un poco de color romántico privameral a la tarde.
El mismo día que hice este bizcocho, me llegaron los moldes de silicona y cuando ví los corazones de todos los tamaños, no me pude resistir y tuve que cortar y cortar. Son unos cortadores fantásticos de usar y limpiar, no se deforman y no tienen los inconvenientes de los metálicos. Muy muy recomendables y además en un sólo paquete tenéis corazones absolutamente de todos los tamaños que os puedan hacer falta en cualquier momento.
Os dejo mi versión de este riquísimo postre, copiado casi tal cual del que viene en la pag. 244, con unas ligeras modificaciones.
Precalentamos el horno a 170º y engrasamos un molde de cake alargado de 23 cms.
Derretimos en el microondas durante un minuto 150 g de chocolate de cobertura [el mío Nestle postres], batimos con unas barillas y reservamos.
Tamizamos 150 g de harina de repostería.
Ponemos en el robot con la pala [yo en la K.A.] 100 g de mantequilla y 100 g de azúcar moreno hasta obtener una mezcla suave y esponjosa, entonces añadimos una cucharadita de extracto de vainilla.
Agregamos 200 g de queso Philadelphia y batimos un par de minutos hasta que esté totalmente integrado.
Incorporamos 3 huevos de uno en uno, sin poner el siguiente hasta que el anterior esté totalmente integrado. Entonces añadimos el chocolate que teníamos derretido.
Luego, añadimos la harina poco a poco a cucharadas, sin dejar de batir hasta que esté completamente integrado.
Por último y con ayuda de una espátula ponemos 100 g de pepitas de chocolate o chocolate negro cortado en trocitos pequeños.
Introducimos la masa en el molde y alisamos la superficie [es una masa muy densa] Horneamos unos 45 min, después lo sacamos y dejamos en el molde reposando 10 min. Pasado ese tiempo, desmoldamos y dejamos enfriar totalmente. Cuando se haya enfriado, lo envolvemos en film e introducimos en la nevera hasta el día siguiente. Se habrá compactado bastante.
Aparte hice un almíbar de vainilla, poniendo 100 ml de agua a calentar con 100 g de azúcar y una cucharada de esencia de vainilla, cuando arranque a hervir dejamos un minuto y después apartamos del fuego. Dejamos enfriar y metemos en un biberón. Con este almíbar calamos el bizcocho, pinchando por distintos puntos. Decoramos al gusto, o servimos tal cual.