Además este hecho se agrava ahora que sube el termómetro, la comida se convierte en el caldo de cultivo favorito para ciertas bacterias y las temidas infecciones alimentarias. El rango de temperaturas entre 5ºC y 65ºC se conoce como la zona de peligro, ya que es en ese intervalo donde las bacterias se multiplican hasta alcanzar niveles inseguros, señalan desde Madrid.org.
Esos minutos que el preparado pasa en tránsito ponen en riesgo su integridad. Cuanto más tiempo esté un alimento dentro del intervalo de peligro, mayor crecimiento de bacterias puede producirse y mayor probabilidad de que se produzca una toxiinfección alimentaria, advierten desde el portal de salud de la Comunidad de Madrid. Repasamos la lista de alimentos que debes borrar de tu plan de menú diario para llevar en verano.
Pollo
Al calentar el pollo no deben quedar partes rosadas en las piezas
Para tomarlo con seguridad debe estar bien cocinado en todas sus partes. La salmonela es común en las aves y una cocción insuficiente incrementa el riesgo. La temperatura adecuada sería de 74º, precisaba Jonathan E. Fielding, profesor de Salud Pública de la Universidad de California en una investigación respecto a esta bacteria.
Si como en la mayoría de los comedores de oficina la fórmula para calentar es un microondas, presta atención: estos aparatos no penetran por igual en todas las partes de la comida, algunas se calientan antes que otras. Para asegurarte de que su ingesta sea segura no deben quedar partes rosadas en la pieza.
Arroz
Lo ideal es no dejar pasar más de 24 horas para consumir el arroz ya cocinado
Uno de los favoritos de la comida para llevar es un peligroso ingrediente si no se cocina de forma adecuada. El grano contiene esporas de bacterias que pueden provocar intoxicación. Aunque se hierva, pueden sobrevivir y una vez cocido, a temperatura ambiente se multiplican y al recalentarlo no mueren.
Toma como regla que cuanto más tiempo pasa el arroz a temperatura ambiente, más probabilidades hay de que desarrolle agentes tóxicos. Mejor tomar recién cocinado, pero si no es posible, se aconseja meterlo en el frigorífico lo antes posible (antes de una hora) y no dejar pasar más de 24 horas hasta su consumo. La intoxicación por este alimento puede provocar vómitos y diarrea.
Patatas
Dejar enfriar la patata a temperatura ambiente puede generar ‘Clostridium botulinum’
Cuidado con los purés y guisos con el tubérculo. El riesgo de este alimento aparece en el proceso de almacenamiento. Si la patata se deja enfriar a temperatura ambiente puede desarrollar Clostridium botulinum.
Produce esporas que sobreviven en los alimentos mal conservados o mal enlatados, donde generan una toxina. Al ingerirla, incluso cantidades pequeñísimas de esta toxina pueden provocar intoxicación grave, según indica la Biblioteca Nacional de Medicina de EE.UU. Es crucial refrigerar el plato hasta su consumo.
Champiñones
Para que no haya riesgo de intoxicación los champiñones se deben calentar al menos a 70ºC
Las proteínas de este hongo se destruyen fácilmente por encimas y microorganismos. Por lo que para ellos, mantenerlos a temperatura ambiente, una vez cocinados, es letal.
La recomendación general es no recalentarlos porque sufren el riesgo de deteriorarse. Mejor utilizar solo champiñones frescos y enjuagarlos bien aunque parezcan limpios, recomiendan desde EUFIC. Aunque si se han almacenado en frío y no por más de un día, no debería existir ningún problema en reutilizarlos, eso sí, calentándolos al menos a 70º.
Espinacas
Las espinacas contienen grandes concentraciones de nitrato que al recalentar puede convertirse en nitrosaminas, una sustancia tóxica para el organismo
Hierro, calcio, potasio… La lista de bondades de este súper alimento es larga, pero cuenta con una parte oscura.
Esta y otras verduras de hoja verde contienen grandes concentraciones de nitrato. En sí misma, esta sustancia es inofensiva, pero se puede convertir en nitritos y de ahí en nitrosaminas, algunas de las cuales se conocen por ser cancerígenas, comenta el EUFIC. El proceso se desencadena cuando las espinacas se calientan, almacenan y, más tarde, se vuelven a someter a calor. De ahí, que este organismo recomiende evitar el consumo de espinacas recalentadas.