La piel
La piel del pescado nos dice muchas cosas sobre él. La identifica de otras especies, la diferencia de su frescura… por lo que es necesario saber que cuando ésta tiene un color más rosado y vivo denota que está fresco. Cuando la piel presenta un color más bien marrón, es blanca y puede desprenderse con mayor facilidad de la carne, no es fresco.
El olor
Otro signo para identificar que el pescado es fresco es su olor. Normalmente, cuando es fresco no huele a nada o bien a mar mientras que si huele raro o tiene un sabor más bien fuerte, y, por descontado, algo desagradable ya podemos deducir que no será fresco.
Los ojos
Cuando a la hora de ir a comprar pescado observamos que los ojos están algo hundidos y la pupila está gris, el pescado no está fresco. De lo contrario, los ojos abultados y las pupilas más negras y brillantes son signos de que el pescado está fresco.
La carne
La carne del pescado fresco suele ser translúcida y presenta una superficie más bien elástica y lisa. Cuando no está fresco, la piel está más bien rugosa. Algunas veces esto puede engañar o no estar tan claro, para ello debemos preguntar a nuestro pescadero de confianza.
Las escamas
Para saber si el pescado es fresco a primera vista, recomendamos observar que las escamas estén pegadas al cuerpo y unidas entre sí, y que no estén viscosas.
Algunos consejos
Para adquirir pescado fresco es mejor ir a primera hora a comprarlo, pues acaban de traer el producto fresco. Si bien se aconseja compra el pescado al final del recorrido del supermercado o del mercado para evitar que se vaya calentando y pierda temperatura. Una vez hemos salido del establecimiento, debemos acudir a casa sin ir a otros lados, para que el pescado se guarde, de inmediato, en la nevera y colocarlo a una temperatura sobre los 2ºC.