Debemos saber que se puede comer carne de forma saludable: hay muchas maneras, recetas y formas de cocinar que lo demuestran. El pescado ha incrementado su consumo en España, pero los españoles siguen prefiriendo la carne, al ser España el décimo país del mundo en el que más carne se consume por persona.
La mejor manera de cocinar la carne
Para que sea más saludable, es mejor que la carne se cocine al vapor o al horno. Los guisos y la plancha (con un vuelta y vuelta simple) permiten que se pueda gozar de comer carne sin riesgos. Cuando la carne se fríe o está expuesta al fuego a altas temperaturas puede favorecen la aparición de sustancias precursoras del cáncer.
Carnes de alta calidad
Para cada alimento, la calidad es prioritaria. Se recomienda consumir carne siempre de origen protegida, de calidad, con etiquetado de su origen y que se sepan cuáles son tanto las cualidades organolépticas como los valores tradicionales.
Hamburguesas artesanas
Frente a un bistec, los niños toleran muy bien las hamburguesas. Pero es mejor comerlas no procesadas y sí de manera artesanal. De lo contrario estarían comiendo más aditivos y conservantes de lo normal.
Otras carnes
Las carnes exóticas cada vez se consumen más. Además de la carne de vaca, siempre de alta calidad, pueden probarse otras carnes, como las de reno, jabalí o canguro que ofrecen propiedades especiales y son muy nutritivas.
Carnes y verduras
A la hora de acompañar las carnes, sustituimos las patatas fritas y las mahonesas por verduras, hortalizas y otras salsas caseras. La combinación será mucho más saludable.
Consejos del carnicero
No vale cualquier sitio para comprar carne. Debemos estar bien aconsejados y para ello, necesitamos buscar un lugar de calidad, donde sepamos el origen de la vaca y sus propiedades. El carnicero se convierte también en el mejor aliado para decirnos qué carne es la mejor y el tipo de corte de esta.
Comer despacio
La manera en la que comemos también es algo importante para mejorar nuestra salud. En este caso, saborear la carne nos ayuda a tener buenas digestiones. Por lo que comeremos de forma más lenta y pausada, sin prisas y disfrutando de una buena comida.