Las alcachofas son un alimento muy nutritivo que combinan muy bien con infinidad de platos: tortillas, estofados, arroces, menestras. Sin embargo, son un producto de temporada por lo que resulta difícil poder tenerlas todo el año.
En tiendas especializadas y en el supermercado, puedes encontrarlas ya congeladas. Pero si quieres congelarlas tú misma, las tendrás listas en un plis plas.
Con estos 4 sencillos pasos podrás tener alcachofas en cualquier momento para preparar platos exquisitos en cualquier época del año.
1.- Limpia y corta las alcachofas (puedes ver tip de cómo hacerlo clicando aquí)
2.- Pon una cazuela con agua (sin sal) a calentar. Cuando vaya a empezar a hervir, baja el fuego e mete las alcachofas.
3.- Escáldalas durante 3 minutos a fuego medio y tapadas. Apaga el fuego y déjalas en su interior 2 minutos más.
4.- Enfría bajo el grifo. Deja que se escurran bien (si quieres, puedes ponerlas en un trapo de cocina para que suelten la mayor cantidad de agua posible) y, cuando estén bien frías y escurridas, mételas en una bolsa hermética de congelación y luego, llévalas al congelador.
Cuando las vayas a utilizar, puedes cocinarlas sin necesidad de descongelación previa.
Y recuerda que las alcachofas pueden conservarse durante todo un año en el congelador sin que por ello pierdan sus propiedades.
Aquí te dejo algunos platos con alcachofas: Menestra de verduras – Patatas con carne – Pollo con alcachofas
¡Disfrútalos!
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