¿Cómo elegir la carne perfecta para tu asado?
Elegir la carne es el primer paso y quizás el más importante para que nuestro asado sea un éxito. Con demasiada frecuencia dejamos que sea el carnicero el que elija la pieza o cogemos la primera bandejita que vemos en el estante del supermercado. Pero la elección de una buena carne requiere un poco de esfuerzo, un mucho de observación y una buena cantidad de experiencia. Para ayudarte con esta tarea, en Brasas y Sabores queremos darte algunos consejos útiles para escoger la carne perfecta para la parrilla y que no falte el aplauso para el asador.
¿Cómo examinar la carne para saber si es de calidad?
Para elegir nuestra carne podemos comenzar por olerla y asegurarnos de que no hay olor a ácido ni a podrido. Después podemos mirar el aspecto de la carne y su color. Debe ser roja, ni pálida, ni verde ni amarilla. La carne perfecta para la parrilla tiene un aspecto húmedo y brillante. Si ves mucosidad o viscosidad, evita esa pieza, ya que no está en buen estado. Para saber si la carne es tierna, podemos tocarla con un dedo, hundirlo un poco y ver si vuelve a su lugar en unos segundos. Debe tener un tacto terso y turgente.
Otro punto muy importante al que hay que prestar atención a la hora de comprar carne para la parrilla es la fecha de caducidad. Cuando compramos carne en la carnicería o en el supermercado debemos tener en cuenta que la carne fresca refrigerada puede durar un día en buenas condiciones. Si la carne está envasada al vacío, tiene una caducidad variable, entre uno y cuatro meses, que debe estar indicada en la etiqueta de forma obligatoria. La carne congelada puede llegar a durar un año y medio, siempre y cuando no se rompa la cadena de frío.
Un truco a la hora de elegir la carne para la parrilla es fijarse en la grasa. Debemos buscar piezas que tengan algo de grasa, y que ésta tenga un aspecto firme y homogéneo. La grasa debe ser de color blanco, nunca amarillo. La carne perfecta para el asado además tiene unas líneas o vetas de grasa que le dan a la carne un aspecto como de mármol. Esta grasa es la que se derrite cuando cocinamos la carne a la parrilla y le otorga sabor y jugosidad. Busca también piezas con grasa exterior, que ayudarán a mantener el jugo dentro de la carne cuando la cocinemos. Si no nos gusta la grasa, siempre podemos retirarla una vez vayamos a comer.
Por último, cuando compremos carne para la parrilla debemos fijarnos en el tamaño y el grosor de las piezas. Es importante que todas las piezas tengan un tamaño parecido y que cada pieza sea igual de gruesa en todas sus partes. De esta manera la carne se cocinará de forma homogénea, sin que ninguna parte se queme o se quede cruda. Debemos buscar piezas con un grosor de entre 2 cm y medio y 3 cm y medio. Esta medida es perfecta para elegir la carne que quedará bien cocinada y jugosa en nuestro plato.