Me parece que el cómo poner el palito a las galletas es una de esas cosas que todas las galleteras hemos googleado alguna vez, y hay casi tantas opciones y trucos como galletas en el mundo. Hay quien lo pone con la galleta cruda, otros después de hornear, otros mojan el palito en huevo antes de insertarlo, otros pegan dos galletas con glasa con el palito enmedio… hay mil formas y muchas de ellas son estupendas. Así que yo simplemente voy a contar aquí la que considero mejor, con la que la galleta queda realmente muy bien pegada.
En primer lugar, hemos de prestar atención al grosor con que estiramos la masa. Habitualmente puedo hacer galletas de unos 6 mm, pero si les voy a poner palito me aseguro el éxito haciéndolas un poco más gruesas, de unos 8 mm. Se pueden hacer incluso de 1 cm y seguirán quedando bien.
Una vez cortada la galleta, la colocamos sobre la bandeja de horno e introducimos el palito con cuidado para que no se nos desvíe de la trayectoria que queremos. Se pueden usar palitos para cake pops o de chupa chups, pero a mí me gustan los de madera de pinchito de toda la vida, que se encuentran en cualquier lado y son baratos.
Hay que prestar atención a la colocación de las galletas en la bandeja, para evitar que los palitos choquen unos con otros o puedan estropearnos otra galleta vecina.
Aquí hay quien moja los palillos en agua o la puntita en un poco de huevo batido, pero en mi experiencia esos esfuerzos no valen demasiado la pena.
Tras insertar los palitos, enfriaremos la masa durante unos 15 minutos antes de hornear a la temperatura de costumbre; no hay ningún cambio a la cocción habitual de la galleta.
Cuando las saquemos y dejemos enfriar, algunas de las galletas tendrán el palito bastante bien pegado, pero para mí no es suficiente porque quiero que quede fijo y a prueba de movimientos. Por eso hago el siguiente truco: sacar despacito el palillo de la galleta y desecharlo si se nos ha tostado demasiado con el horno.
Cogeremos la galleta y con una boquilla muy fina -tanto como una del número #0- introduciremos una pequeña cantidad de icing en el orificio que ha dejado el palo.
Y seguidamente introduciremos de nuevo el palito, o uno nuevo más blanquito y mono. En este punto es importante no excedernos con la cantidad de icing, porque al meter el nuevo palillo puede salir glasa y ensuciarnos la galleta.
Al cabo de unos minutos el palillo estará completamente fijo a la galleta gracias al icing y podremos empezar a decorar a nuestro gusto.
Cuando digo completamente fijo quiero decir absolutamente pegado, como para poner la galleta boca abajo con tranquilidad. Tanto que si intentamos sacar el palito después de que seque el icing, nos sucederá esto:
¡Porque el poder pegador del icing es tal que me río yo del superglue!
Lista para disfrutar decorando galletas.