Sólo el hecho de tener que limpiar la parte profunda del horno ya resulta muy incómodo y si, además, el horno está instalado en la parte baja de la cocina, mucho más. Tener que estar frotando, agachada, con el brazo extendido sin ver bien el final del horno,…
Había probado muchos productos de limpieza pero cuando la suciedad es muy alta no terminaba de dejarlo limpio del todo, así que busqué y busqué trucos en internet y tras leer varios artículos que señalaban el bicarbonato y el vinagre como productos infalibles decidí probarlos, un poco a mi manera.
Os cuento cómo lo hago yo. Depende de la suciedad que tenga el horno utilizo un botecito de bicarbonato o medio. Lo pongo en un cuenco y le voy añadiendo pequeñas cantidades de agua y mezclándolo hasta conseguir una pasta.
Después esa pasta la extiendo con las manos sobre las superficies sucias. Yo dejo actuar esta pasta entre 10 y 12 horas, bien la pongo por la mañana para limpiarlo por la noche o la pongo antes de dormir para limpiarlo por la mañana.
Una vez pasado ese tiempo llega la hora del vinagre. Un potente limpiardor natural. Hay que rociarlo sobre la pasta de bicarbonato, se puede hacer a pequeños chorritos o utilizando un pulverizador (mucho más cómodo). Dejarlo unos 15 minutos .
Después será la hora de limpiarlo todo y comprobar si ha dado resultado. Yo lo que hago es utilizar papel de cocina para quitar toda la pasta y el vinagre, después con un estropajo, con un poco de agua y jabón de cocina, lo limpio y lo seco con una bayeta.
Y, como podéis ver en la foto, así de reluciente queda. Como nuevo.
Muchas veces los productos más naturales y comunes son los que nos solucionan la papeleta sin tener que gastarnos dinero en probar y probar líquidos y mejunjes que no nos dan el resultado esperado.