Situado al lado de la Lonja de la Seda y la Iglesia de los Santos Juanes, su contrucción representa un avance tecnológico y mercantil del siglo XX. Sus grandes cúpulas, de hasta 30 metros de altura la central, se unen a una ornamentación de torreones y campanarios que dan acogida a cerca de 300 pequeños comerciantes. Todos ellos ofreciendo productos de la mejor calidad.
Comencemos hablando de la huerta valenciana. Multitud de puestos ofrecen a sus clientes los mejores y más frescos productos de la tierra de Valencia. Las mejores naranjas y mandarinas las puede encontrar aquí, frescas y con un jugo delicioso, casi casi de la huerta a su mesa.
Otro de los productos que yo considero estrella es el tomate. Grandes, con una carne deliciosa que se deshace en la boca y con un jugo y un sabor intenso. Nada tienen que ver los que compramos en grandes y medianas superficies. Una compra obligada.
Y no podemos olvidarnos de sus alcachofas, calabazas y algún otro producto que es indispensable comprar cuando se visitan sus instalaciones. Y aunque su precio os pueda parecer algo más elevado que en otros comercios, la relación calidad-precio está garantizada.
Otro de los atractivos del Mercado son sus puestos de pescados y mariscos. Todo un lujo para la vista, el olfato y, ni qué decir tiene, para el paladar. Muestra de ello son las imágenes que os muestro en este post.
Productos recién sacados del mar, con una frescura máxima que se aprecia en el olor y color de todo lo que se ve en los mostradores. Pescados arreglados y cortados al corte en el momento y con recomendaciones de sus vendedores para sacarles el mejor partido posible.
Por destacar alguno de ello, sus percebes, gambas (de diferentes clases), cigalas o carabineros. Imposible no fijar la mirada en ellos por sus colores intensos que los hacen mucho más que apetecibles. Sólo con verlos se hace la boca agua de imaginar cómo quedarían después de cocinados.
Pero si nos vamos al otro extremo, a las carnicerías y charcuterías tendremos el mismo resultado. Embutidos y productos valencianos que son una delicia como sus sobrasadas caseras o longanizas típicas de la provincia. Tendría que dedicar muchas líneas para hablar de todos ellos, mucho mejor si podéis probarlos.
Pero en sus carnicerías también se ofrecen carnes de las mejores calidades, sólo hay que darse una vuelta para ver los chuletones y piezas que dejan con la boca abierta.
Y dentro de los productos cárnicos quiero resaltar la casquería. Varios puestos en el mercado ofrecen multitud de variedad de ellos, callos, morro, manitas de cerdo y patas de cordero, mollejas, incluso los famosos zarajos de Cuenca.
Y digo que quiero resaltarlo porque estos productos requieren de una limpieza y cuidados máximos y aquí tratan estos productos con todo ello. Sólo hay que acercase a sus mostradores para comprobarlo. Además, ahora que tanto se han puesto de moda, sus precios se han elevado considerablemente y aquí los venden a precios moredaros y asequibles.
Podría seguir enumerando y hablando de multitud de productos pero, como dice el refrán, “una imagen vale más que mil palabras”, así que os dejo unas cuantas imágenes más para que os hagáis una idea.
Y si visitáis Valencia, no dudéis en acercaros a visitar el Mercado Central porque merece mucho la pena.