En casi todas las masas de panadería el exceso de sal tiene graves consecuencias, ya que este tiene el poder de retrasar el proceso de fermentación que produce de la levadura, o incluso si el exceso es considerable puede llegar al punto de detenerla, lo que trae como consecuencia un pan de poco volumen, salado y con color bastante obscuro que resulta poco agradable a la vista y el paladar.
Pero, si por error te has pasado un poco en la cantidad de sal, no tienes la necesidad de dar tu preparación como un caso perdido ni mucho menos arrojar la misma al basurero generando un desperdicio de comida, ya que es posible quitar el exceso de sal en la masa. La primera opción puede ser bastante sencilla, basta con agregar un poco más de azúcar a la masa, ya que es bien sabido que los sabores dulces o ácidos son perfectos para contrarrestar y opacar el nivel de sal.
Otra posible opción en cuanto a cómo quitar el exceso de sal en la masa, es la de añadir un poco más de los demás ingredientes, ya que aumentando el volumen de masa y la proporción de los otros ingredientes puedes generar una correcta nivelación en tu preparación, lo que terminará en más panes pero con el sabor ideal que estabas buscando al comienzo. Por último, puedes optar por transformar tu preparación añadiéndole otros sabores, como orégano o queso, y así terminar por preparar un pan totalmente diferente pero con un exquisito sabor.