Si queréis comer una cosa fácil, sabrosa, tierna y además sin manchar nada de nada, no os podéis perder esta receta porque os garantizo que esta deliciosa, que se hace prácticamente sola y que la carne queda tan tierna que os parecerá mentira.
Para esta receta mejor usar costilla de cerdo blanco porque tiene más cantidad de carne, por supuesto como siempre cuanto mejor sea la carne mejor será el resultado final.
A veces me da un poco de apuro subir este tipo de recetas porque son tan sencillas que pienso que puede ser que parezcan una tontería, pero por otro lado pienso que igual muchos no han usado las bolsas de asar y que es una forma de que las conozcan.
Para esta receta necesitamos:
1 kilo de costilla de cerdo
Sal, pimienta
3 cucharadas de mostaza
Romero
1 vaso de vino blanco,
3 cucharadas de aceite de oliva virgen exta
1 bolsa de asar (las podéis encontrar en los supermercados)
Esto es tan fácil como, primero separamos la costilla en tiras, salpimentamos por todos los lados, untamos con una brocha de cocina las costillas con la mostaza, introducimos las costillas en la bolsa, añadimos a la bolsa, el romero, el vino y el aceite, cerramos la bolsa en introducimos en el horno previamente calentado a 190º C durante 80 minutos, cada 20 minutos damos la vuelta a bolsa para que se hagan por igual.
Abrimos la bolsa con cuidado porque saldrá mucho calor y servimos calientes acompañadas por ejemplo de una ensalada.