Este fin de semana Fer tuvo una gran idea: hacer unas costillas con chipotle y miel de las que me ha hablado todo el año. Fuimos y compramos los ingredientes que nos hacían falta y se puso a cocinar. Y en esas pensé que hace rato no les comparto una receta y nos pusimos a escribirla en paralelo. Un súper tip: puedes hacer la salsa y usarla para unas alitas de pollo buenísimas. La receta la puse lo suficientemente independiente a propósito. Invita a tus amigos. Vas a quedar como un chef profesional y te van a pedir la receta (¡y les dices que conozcan el blog!). ¿Quieres otras ideas horneadas y sabrosas? Puede ensayar con un pollo al horno delicioso y bien fácil o las paletas de cerdo caramelizadas con naranja, que hasta tienen un video con la receta.
Ingredientes para las costillas con chipotle y miel
Medio costillar de cerdo con lomo
Para la marinada de las costillas
Dos cervezas negras (obscuras)
Jugo de una naranja
Pimienta negra
Un cuarto de cebolla
Ajo picado
Sal marina
Dos chiles de árbol
Un chile chipotle seco
Para la salsa de chipotle y miel (¡que sirve en alitas de pollo!)
Un jitomate grande
Media cebolla
Dos chipotles secos
Tres dientes de ajo
Pimienta
Sal
Media taza de miel de abejas
Jugo de una naranja
Para el acompañamiento (sobre el que se hornean las costillas)
25 – 30 papas cambray o chiquitas (más o menos una libra)
6 – 10 cebollitas cambray o chiquitas
Seis dientes de ajo picado
Tres cucharadas de mantequilla
Además de esto, creo que sería una buenísima idea servir también una ensalada fresca, para balancear todo. Podrías probar esta ensalada con granada y rábano.
Proceso para las costillas asadas con chipotle
Marinar
Primero lo primero: marinar la carne para que, de entrada, sepa bien rico.
En un sartén, pon los chiles a asar a fuego alto. En ese punto déjalos enteros, no necesitan aceite ni nada. Si tu cocina tiene ventanas, ábrelas. O abre alguna ventana de tu casa, para que esté bien ventilado mientras asas chiles. Los chipotles, cuando los sacas de la bolsa, se ven arrugados como una pasa, pero cuando los asas bien se inflan y quedan casi del tamaño que tenían al principio (mira la foto).
Así se ve el chipotle cuando lo asas bien.
Mientras se asan esos chiles, quítale la grasa que sobre al costillar y ponlo completo en un bol grande.
Sazona muy bien con pimienta y sal marina. Si quieres, puedes agregar un poco de consomé de pollo en polvo. Pica en trozos grandes un cuarto de cebolla y repártela, ponle un par de dientes de ajo picado.
Riega todo con la cerveza y el jugo de naranja. Parte los chiles en dos y ponlos junto con todo, así, con las semillas.
Aparta y deja marinar por hora y media. O más, si tienes tiempo.
Hacer la salsa de chipotle y miel
Mientras la carne se marina, es hora de hacer la salsa de chipotle y miel mientras de tomas una cerveza del six-pack que seguramente compraste para la marinada.
Pon en un sartén muy caliente la cebolla partida en cuartos, el jitomate partido por la mitad, los dientes de ajo enteros y los chipotles.
Deja ahí todo eso hasta que esté quemadito. De nuevo, te conviene tener las ventanas abiertas (mientras escribo esto sigo con ataques de tos por no haber tomado la precaución).
En un mundo ideal, harías la salsa en un molcajete: comienzas con los condimentos, sigues con la cebolla, luego el ajo y al final el jitomate, porque es lo que va a darle el cuerpo a la salsa. Después de eso, van los chiles sin semillas (de a uno, para que midas el nivel de picante) hasta que tienes la salsa uniforme. Agregar el jugo de naranja al final.
En el mundo en que no todos tenemos molcajetes o no queremos darle ahí durante un rato, puedes echar todo en la licuadora y ver cómo trabaja por ti. Fue lo que hicimos este día. Si eres del equipo de las licuadoras, solo mete todo junto y ya, incluyendo el jugo de naranja, pero sin la sal y pimienta. Recuerda, aquí los chiles van sin semillas.
Pon la mezcla en una olla salsera y agrega la mitad de la miel. Calienta y deja hervir, vas a ver un punto en que las burbujas empiezan a verse más sólidas y brillantes, como de caramelo. Es lo que buscamos. De ahí, le bajas el fuego y deja reducir un poco más, porque no quieres que quede caldosa sino espesa. Si la hiciste en licuadora, este es el momento de sazonar la salsa. Revisa también la miel. ¿Un poquito más, tal vez?
Así ves la salsa cuando comienza a caramelizar un poco por la miel.
Hornear las costillas con chipotle y miel
¡Es hora de hornear las costillas! El momento más esperado. Se van a tardar como tres horas, entonces paciencia. Ve por algo de comer mientras tanto.
Pon a calentar el horno a 160ºC.
Pon a dorar parte del ajo picado con la mantequilla. Cuando se comience a dorar el ajo, agrega las cebollitas y cuece un momento. Luego pásalas a la refractaria en que vas a hornear las costillas.
Has lo mismo con las papas, usando el resto de la mantequilla y el ajo. Sazona con un poco de sal. También van a la refractaria.
Pon el costillar, huesos abajo, sobre las papas y las cebollitas. Reparte la mitad de la salsa en el costillar, esparciéndola bien con una brocha. Si tienes un termómetro de carne de los que van al horno, clávaselo en un punto grueso sin que toque el hueso.
Al resto de la salsa, agrégale la mitad de la miel que no habías usado. Con esta salsa extra melosa vas a bañar el costillar cada 30-40 minutos usando la brocha. Va a tardar en el horno cerca de dos horas, ve a ver una peli poniendo el timer de tu celular para que te recuerde los baños de salsa.
Cuando se va acercando el final de las dos horas, si no tienes termómetro, clávale un punzón o un cuchillo al costillar y mira el color del líquido que sale. Debería ser transparente o rosa muy muy pálido. Si está rojo o rosado, le falta un montón. Ve a ver un capítulo de alguna serie y vuelve después. Si tienes termómetro, revísalo cuando esté cerca de las tres horas, tu meta de temperatura es 63ºC.
Los últimos quince minutos, súbele la temperatura a 220ºC, para terminar de caramelizar todo.
Saca del horno el costillar y ponlo en una tabla. Aún no lo cortes. Déjalo reposar en lo que pasas las cebollitas y las papas a la bandeja en que vas a servir, terminas de poner la mesa, y lo que sea que te de cinco minutos, al menos.
Corta las tajadas guiándote por los espacios entre las costillas y sirve de a una tajada por persona, más o menos.
¡Ta-da! Listas las costillas con miel y chipotle
¡Espero que te queden buenísimas como a nosotros! Si tienes cualquier duda, deja un comentario más abajo. ¿Te quedó espacio para el postre? Prueba este pudín de chía, está delicioso. Y ya sabes, no olvides suscribirte al blog para recibir un libro de recetas de desayunos de regalo.
¡Buen provecho!