Si, lo reconozco, el color no es el más apetitoso del mundo, pero esta crema es una maravilla, está riquísima y, además, es ideal para cuando estás a dieta. Se puede pedir algo más.
En los menús semanales que publico cada viernes la veréis aparecer a menudo, así que me he decidido a publicarla para que no tengáis dudas.
La verdad es que tiene muy poco misterio, pero vamos, que yo la he empezado a comer hace muy poquito. Concretamente desde que tengo la Thermomix, es una de las recetas que tengo de los 1000 libros que ya me he comprado (soy una ruina con patas), pero vamos que se puede hacer perfectamente por el método tradicional, de hecho os doy la doble versión.
Por cierto, estoy muy contenta con la aceptación que están teniendo los menús semanales, pero sobre todo, es el menú que yo hago, no soy ni dietista, ni nutricionista, ni tengo estudios de medicina, vamos que lo único que hago es intentar llevar una dieta completa y lo menos calórica posible que a mí, particularmente, me está dando muy buenos resultados.
Y una vez aclarado esto, vamos a empezar con la receta.
INGREDIENTES (PARA 2/3 RACIONES):
200 gr de champiñones
500 gr de caldo de pollo
100 gr de leche
25 gr de harina
Sal
3 quesitos light
ELABORACIÓN CON THERMOMIX (TM5):
Lavamos los champiñones y los ponemos en el vaso, trituraremos 5 segundos a velocidad 4.
Bajamos los champiñones y añadimos el caldo, la leche, la harina y las sal, programamos 10 minutos a 100º de temperatura y velocidad 3.
Cuando esté listo dejamos que la temperatura baje a unos 75º, le añadimos los quesitos y trituraremos 30 segundos empezando con la velocidad 5 y gradualmente subiremos a velocidad 10.
ELABORACIÓN TRADICIONAL:
Lavamos bien los champiñones y los partimos en 4 trozos cada uno.
En una cacerola ponemos los champiñones, el caldo, la sal y la harina diluida en la leche. Lo ponemos a fuego medio y lo tendremos 15 minutos.
Cuando esté listo lo retiramos del fuego, le añadimos los quesitos y con ayuda de una batidora lo trituraremos.
Si queréis que os quede mucho más fino os aconsejo pasarlo por un colador chino.
Una opción que le da un puntito muy rico es, cuando la crema ya está lista y una vez emplatada, ponerle un poquito de aceite de oliva virgen, ya veréis que ricura.
Y por hoy ya hemos acabado, espero encontrarme con vosotros el viernes, vendremos con un nuevo menú semanal.
Mientras llega el día podéis verme a través de las redes sociales:
Un beso enorme a todas/os.
Fuente: este post proviene de Cocina de una bancaria estresada, donde puedes consultar el contenido original.
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