Ingredientes:
500 ml Leche
100 gr Azúcar
45 gr Harina de Maíz (Maizena)
3 Yemas de huevo
1 Piel de limón
1 Palito de canela
Preparación:
Ponemos a cocer la leche con la canela troceada y la corteza de limón a fuego suave (infusionar)
A parte, en un bol, pondremos el azúcar, la Maizena y las yemas de huevo sin mezclar.
Cuando la leche haya empezado a hervir, la colamos sobre la mezcla anterior.
Removemos rápido para que no se cuajen las yemas y se disuelva bien la Maizena. Se pasa toda la mezcla de nuevo por el colador.
Se pone de nuevo a fuego suave, y no dejamos de remover para evitar que se pegue. Esto es muy importante.
Una vez que hierva, cambiaremos de recipiente para cortar la cocción, y dejaremos enfriar. Esta es la textura que os debe quedar: una crema untuosa, suave y sedosa.
Riquísima para rellenar tartas, miguelitos, napolitanas, canutillos y pañuelos de hojaldre; eclairs y bocaditos; pepitos y buñuelos, entre otras elaboraciones de repostería, aunque existen muchas más aplicaciones. En mi próximo post os pondré el paso a paso de una elaboración de hojaldre con esta crema tan rica y versátil
Para conservarla le ponemos film transparente, muy pegadito a la crema para que no se haga costra (esto se llama tapar a piel). Metemos en nevera, debiendo consumirla antes de 4 días.
Esta receta me trae grandes recuerdos del curso de repostería que terminé hace unos meses. Fue una de las primeras que hicimos y con la que probamos a innovar diferentes versiones: recuerdo que a mi grupo le tocó hacer crema pastelera de mango; a otro de frutos rojos, de hierbabuena... ¡Y todas salieron riquísimas!¡Qué recuerdos! Os dejo estas sugerencias si sois más atrevidos y os gusta experimentar, aquí tenéis algunas ideas. ¡Estoy segura que el resultado os sorprenderá! Si tenéis alguna duda, no vaciléis en preguntarme. Estaré encantada de contestaros y de que me dejéis vuestras sugerencias.
Cada vez que hago alguna receta del curso, me vienen a la memoria, esos buenos momentos que pasé junto a mis compañeros, gente estupenda, con la que he compartido casi 6 meses de mi vida y quienes han pasado a formar parte de la misma. De todos ellos me llevo un grato recuerdo, pero hay alguien a quien quiero dedicar este post: Adrián Hernández, ¡Ay mi Adri! ¡Máquina! ¡Sí, se lo debo y se lo prometí hace muuucho! Y lo prometido es deuda... ¡Adri, va por ti! Ese muchacho es un crack en informática y me salvó la vida con el índice de mi blog. No tenía ni idea de como ponerlo para poder listar todas las entradas que tengo, y de forma alfabética, poder encontrar alguna en concreto. ¡Me parecía un verdadero comecocos! Y él, en un plis-plas, se puso con su móvil y me lo arregló en treinta segundos, por eso le puse el sobrenombre de "máquina" y es que en verdad lo es. ¡Va por ti compañero! Espero que te vaya genial, que sigas con la repostería de vanguardia y las esferificaciones, y si lees ésto, quiero que sepas que siempre te estaré agradecida por echarme una mano. ¡Gracias amigo!. Un fuerte abrazo.
Saludos
María José
¡Y no os olvidéis de endulzaros la vida!