INGREDIENTES
100 grs sobrasada
100 grs queso cabra
1 cda de miel
500 ml de leche
35 grs harina
35 grs mantequilla
2 hojas gelatina neutra
Pan rallado
1 o 2 huevos
PREPARACIÓN
En un cazo a fuego medio ponemos la mantequilla. Cuando esté derretida incorporamos la harina y la sofreímos un par de minutos para que luego nuestra masa no sepa a harina cruda.
A continuación, incorporamos la leche caliente poco a poco y removemos sin parar (a fuego medio) con unas varillas de mano, añadiendo más leche conforme ésta se vaya integrando. Mientras hacemos esto ponemos a hidratar las hojas de gelatina en agua fría durante el tiempo que indique el paquete.
Una vez que ya está toda la leche integrada y no tenemos grumos, añadimos el queso en trocitos (podéis quitarle la corteza si no os gusta), la sobrasada, la miel y las hojas de gelatina. Salpimentamos y añadimos un poco de nuez moscada. Dejamos cocinar toda la mezcla a fuego medio removiendo un par de minutos más. Nos tiene que quedar una textura no líquida pero tampoco muy espesa (al enfríar cogerá más consistencia).
Ponemos la masa en un recipiente, cubrimos con papel film y lo llevamos al frigorífico durante toda la noche.
Al día siguiente, cogemos un poco de masa y le damos forma con las manos engrasadas con un poco de aceite (esto hará que no se nos pegue tanto a las manos) o con un par de cucharas. Pasamos cada croqueta por huevo y pan rallado.
Freímos en abundante aceite y las vamos colocando sobre papel absorbente para eliminar el exceso.