INGREDIENTES
1 rulo queso de cabra
100 grs sobrasada
40 grs harina
40grs mantequilla
500 ml leche
Un puñado de nueces
1 cda de miel
PREPARACIÓN
En un cazo a fuego medio ponemos la mantequilla. Cuando esté derretida incorporamos la harina y la sofreímos un par de minutos para que luego nuestra masa no sepa a harina cruda.
A continuación, incorporamos la leche caliente poco a poco y removemos sin parar (a fuego medio) con unas varillas de mano, añadiendo más leche conforme ésta se vaya integrando.
Una vez que ya está toda la leche integrada y no tenemos grumos, añadimos el queso de cabra desmigado (al que habremos retirado la corteza), la sobrada y la miel. Salpimentamos y añadimos un poco de nuez moscada. Dejamos cocinar toda la mezcla a fuego medio un par de minutos más hasta que la bechamel esté espesa (al enfríar cogerá más consistencia).
Apagamos el fuego e incorporamos las nueces picadas. Mezclamos.
Ponemos la masa en un recipiente, cubrimos con papel film y lo llevamos al frigorífico durante toda la noche.
Al día siguiente, cogemos un poco de masa y le damos forma con las manos engrasadas con un poco de aceite (esto hará que no se nos pegue tanto a las manos) o con un par de cucharas. Pasamos cada croqueta por huevo y pan rallado.
Freímos en abundante aceite y las vamos colocando sobre papel absorbente para eliminar el exceso.