Hoy os traigo una receta espectacular, una delicia en un sólo bocado, porque, ¿a quien no le gustan las croquetas?. Os lo digo yo, si no le gustan las croquetas, no es de fiar..
Son deliciosas, de mil y un sabor, fáciles de elaborar, te sacan de más de un apuro y son excelentes para aprovechar restos, creo que no hay ningún otro<plato tan versátil como este. Reconozco que soy una auténtica apasionada de las croquetas y siempre tengo algunas en mi congelador, sea cual sea su relleno.
Hoy unas que me rondaban por la cabeza desde hace mucho tiempo, de caldito de pintarroja. Un plato típico malagueño que está entre mis favoritos, aquí tenéis la receta.
Pues bien, me animé y quedaron espectaculares, croquetas pequeñitas, de bocado ya que son un poco líquidas, deliciosas. Con esta receta me salieron 12, voy a tener que hacer más.
Disfrutad....
250 ml. de caldito de pintarroja
20 gr. de mantequilla o aceite de oliva virgen extra
1 cucharada colmada de harina
un poco de leche (sólo si es necesario)
2 láminas de gelatina neutra
harina para rebozar
huevo
pan ralladp
aceite para freir
Hidratamos las hojas de gelatina en agua fría.
En una sartén calentamos la mantequilla o el aceite (yo prefiero siempre un buen AOVE). Añadimos la harina y dejamos que se tueste un poco para que no sepa a crudo.
Seguidamente añadimos el caldito de pintarroja. Aquí un inciso, podéis poner sólo el caldo, pero tambien la pintarroja y la carne de las almejas muy picaditas.
Vamos moviendo hasta que veamos que se nos empieza a hacer una bechamel, tiene que quedar bastante clarita ya que después añadiremos la gelatina. Si es necesario completar con leche (2/3 cucharadas necesité yo).
Escurrir las hojas de gelatina y añadir a la sartén ya fuera del fuego, mezclar completamente.
No es necesario salpimentar ya que el caldo es bastante sabroso y picantito de por sí.
Dejar enfriar y guardar en la nevera con un film transparente tocando la masa para no formar costra.
Dejarla mínimo 4 o 5 horas aunque lo mejor es de un día para otro.
Coger pequeñas porciones con ayuda de dos cucharillas y pasarlas por harina, huevo, pan rallado y de nuevo huevo y pan rallado.
Guardar en el congelador sobre un `plato con film y separadas para que no se peguen, una vez estén congeladas ya se pueden guardar en una bolsa.
Freír en abundante aceite BIEN caliente SIN descongelar, así creará una bonita costra y con el calor el interior con la gelatina se derretirá.
Os vais a chupar los dedos....
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