La receta de hoy son unas croquetas de calabacín veganas pero preparadas al horno, así quedan muy ricas también pero más ligeras y la verdad es que da menos pereza prepararlas, porque si os pasa como a mi, muchas veces no preparo en casa recetas de este tipo por la pereza de limpiar todo después, ya sabemos que si freímos ponemos la cocina como si hubiera pasado un tornado.
Estas croquetas veganas se pueden preparar con las verduras que más os gusten, yo quise aprovechar que tenía algún calabacín perdido dentro de la nevera y porque tienen un sabor muy suave, pero también podéis hacer la versión al horno de estas croquetas de zanahoria.
Os aconsejo que preparéis una buena tanda porque duran unos cuantos días en la nevera en un recipiente bien cerrado y podéis dejarlas ya echas para solo calentarlas un poco después o si os gustan recién echas, las dejáis preparadas para meterlas al horno a la hora de comerlas.
Al hacerlas en el horno no quedan con un color tan uniforme ni tan bonitas de aspecto como podrían quedar si las freímos pero que no os deje engañar su apariencia porque están realmente deliciosas, además acompañadas con un ketchup preparado en casa no vais a poder parar de comerlas.
Así que venga, nos ponemos manos a la obra para hacer estas croquetas veganas de calabacín al horno.
Ingredientes :
1 calabacín
1 cebolla
Sal y especias al gusto
Bechamel vegana :
Aceite de oliva virgen extra 5 cucharadas
Harina 5 cucharadas
Nuez moscada y sal
Leche vegetal (en mi caso almendras) 550 ml (si se os espesa demasiado echadle un poco más)
Para rebozar :
Pan rallado y harina cantidad necesaria
Preparación :
Dejamos la cebolla y el calabacín pelados y cortados en trozos pequeños. Reservamos.
En un cazo echamos la harina y vamos removiendo a fuego medio durante 5 minutos para que la harina no sepa a crudo, en cuanto veáis que se tuesta un poquito echamos el aceite, mezclamos unos segundos y a continuación echamos la leche (mejor templada) removemos a fuego bajo y con unas varillas hasta que veáis que empieza a espesar la mezcla. Echamos sal y nuez moscada al gusto. Cuando empiece a espesar apagamos el fuego.
En una sartén echamos un chorrito de aceite y rehogamos durante 5 minutos el calabacín con la cebolla. Ponemos sal y especias al gusto.
A continuación echamos la bechamel y mezclamos todo junto.
Pasamos la mezcla a un recipiente rectangular y tapamos con papel film tocando la superficie de la masa para que no forme costra.
Dejamos que temple 30 minutos a temperatura ambiente y luego lo metemos a la nevera hasta que enfríe, si lo preparamos de un día para otro mejor, sino dejadlo mínimo 4 horas.
Al día siguiente sacamos la masa de la nevera. Ponemos en un plato un poco de harina y en otro pan rallado.
Hacemos bolitas de masa con las manos o con ayuda de una cucharada y las pasamos primero por harina y luego por el pan rallado, aunque podéis hacerlo solo con pan rallado.
Vamos poniendo cada bolita encima de una bandeja de horno con papel vegetal y lo metemos al horno precalentado a 180ºC durante 20 minutos o hasta que veáis que se han dorado y están a vuestro gusto.
Espero que os animéis a probar estas croquetas veganas de calabacín al horno por que están deliciosas.
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