Hoy me he dado cuenta que soy un poco masoquista. Y es que a quien se le ocurre encender el horno a 200° con el calor que pega en la calle? Pues a mi, sin duda!
Y aunque ahora entra mejor algo fresquito como un granizado, un sorbete o un helado….yo he querido hacer una receta que ya llevaba tiempo en mi cabeza. Se trata de unos cruasanes (o croissants, como queráis) de chocolate la mar de sencillos de preparar. A quien no le gustan recién hechos? Para mi son un vicio.
Mirad si es fácil de hacer ésta receta que solo vamos a necesitar tres ingredientes:
1 lámina de hojaldre
Chocolate de untar
1 huevo
Bueno, pues vamos al lío! Debemos dejar atemperar la lámina de hojaldre el tiempo que indique el envase. Dependerá sobretodo si se trata de una hoja fresca o congelada. Pero con las temperaturas que tenemos éstos días no va a tardar mucho en estar blanda. Para que no se pegue a la mesa, pondremos un poco de harina y extenderemos la lámina. Suelen venderse con dos formas: o redondas o rectangulares. ¿Como vais con la geometría? :P Tened en cuenta que para los cruasanes debemos cortar el hojaldre en triángulos; así que si la masa es redonda la cortaremos como una pizza, mientras si es rectangular tendremos que hacer primero cuadrados y luego dividirlos en diagonal.
Una vez tenemos la masa ya dividida y cortada solo tenemos que rellenar todos los triángulos. Es tan fácil como poner una cucharadita de chocolate de untar (Nutella, Nocilla o el que tengáis en casa) en la parte más ancha de cada triángulo. No os digo el tamaño de la cucharadita, porqué dependerá del tamaño que os hayan salido los triángulos: si queréis cruasanes pequeñitos, deberán ser más cortes en la masa, y usaremos una cucharadita de café, mientras que si preferís unos cruasanes grandes habremos dividido menos la masa y usaremos una cuchara más grande. Lo ideal es que el relleno de cada uno de los futuros cruasanes no llegue al borde.
Así solo nos queda enrollar la masa sobre el relleno, empezando siempre desde la parte ancha del triángulo. Conseguiremos unos canutillos rellenos que si queréis se pueden doblar las puntas para darles esa forma típica de media luna. Para que no se desmonten, pintaremos cada cruasan con huevo batido y los vamos colocando en la bandeja de horno, con papel (por supuesto). Y a dentro! Ya lo debemos tener precalentado a 190-200°C. Poned la bandeja en la parte media del horno, con calor arriba y abajo y esperad unos 30 minutos. Contad que contra más pequeños sean, se harán antes. Así que no les saquéis el ojo de encima.
Como no tenía demasiado chocolate en casa, he decidido hacer algunos de más chiquitillos sin relleno. A mi, cuando son minis-minis me encanta que estén bien doraditos y crujientes. Y recién hechos…. mmmmmm.
Si no tenéis paciencia y os los empezais a comer en caliente, cuidadín que queman! Ésta vez he resistido la tentación y los he dejado enfriar, para poder compartirlos. Y para darles un punto más dulce los he pintado con un almíbar ligero (azúcar disuelto en un poco de agua hirviendo), pero ésto a vuestro gusto. Si queréis también se les puede poner virutas de chocolate por encima, o un poco de azúcar glas, bañarlos en más chocolate…. ¿Seréis capaces de aguantar sin catarlos hasta que se enfríen? Ya me lo diréis!
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