Y ya estamos aquí con otra nueva receta de pimientos....
No pongo un pimiento por persona, sino medio, porque con la bechamel llenan un poquito. Eso sí, si andáis con hambre, aumentad la cantidad, jejeje.
INGREDIENTES (Para 4 personas)
2 pimientos rojos de asar, grandecitos.
125 gramos de langostinos o gambas pelados.
80 gramos de champiñones
Queso rallado para gratinar
5-6 cucharadas colmadas de harina
Aceite de oliva (virgen extra "of course", jejeje)
Entre 1/2 litro y 3/4 de litro de leche semidesnatada (en mi caso; si podéis usar leche entera, quedará más cremosa la bechamel)
Sal y pimienta
PREPARACIÓN:
Partimos a lo largo los pimientos, los limpiamos de semillas y de esas venitas o telillas que suelen tener por dentro, y los colocamos en una fuente de horno, y los ponemos a asar a 200º durante unos 20 minutos (no más, porque nos resultarían más difíciles de rellenar, y además se van a seguir asando después).
Cuando estén hechos, los cogemos, con cuidado de no quemarnos, y escurrimos el agua que hayan soltado, y los reservamos en la misma fuente.
(Después de hacer esta foto me tocó quitar unas cuantas semillas, jajaja)
Mientras tanto, prepararemos la bechamel.
Lavamos y picamos los champiñones, y los ponemos a rehogar en una sartén grande, con un chorrito de aceite.
Cuando empiecen a estar hechos (lo notaremos por el olorcito tan rico que desprenden, tardarán unos 3-4 minutos), añadiremos los langostinos troceaditos (que se note el trozo, no los piquemos demasiado pequeñitos). Y los salteamos unos minutos.
Poco a poco, iremos añadiendo la harina, mezclando bien con los champiñones y langostinos, y dejamos que se sofría, removiendo con frecuencia.
Ahora, gradualmente, iremos incorporando la leche.
¿Que cuánta leche?. Este es el momento en el que voy a soltar una de las frases hechas "culinarias" más odiadas por mí: "LA QUE ADMITA".
Pero, antes de que nadie diga que cómo van a saber cuánta admite si no han hecho nunca esta receta (reacción lógica y normal, por otra parte), os diré dos cosas : que tiene que quedar una consistencia similar a la de las croquetas, aunque un pelín más líquida, y que no suele "admitir" más de la cantidad que os he indicado.
¡Ah!, y que es preferible ir poquito a poco, y no añadir toda la leche de golpe. Si vemos que queda espesa, ya añadiremos más, pero siempre tiene mejor arreglo que si queda líquida, porque en ese caso no podríamos sofreír la harina que añadiéramos, y tendría un poquillo de sabor a crudo.
Así empieza...
Aquí ya va espesando.
En cuanto se vaya separando de las paredes de la sartén, ya estará. Salpimentamos, y rellenamos los pimientos.
Cubrimos con el queso rallado, e introducimos al horno (con calor por arriba y por abajo) durante unos 25-30 minutos (si se dorara mucho por arriba, lo dejaremos sólo por abajo al final).
Esperar un poquito antes de comerlos, para no quemaros.
¡A ver si os gustan!.
Un besote.