Hace unas semanas Graci de Pinchos y canapes, me comentó que hoy 5 de Diciembre, iba a ser declarado #DiadelVino en Twitter y que si me apetecía participar, a lo cual le dije que si, porque aunque no soy una experta, debo confesar que últimamente le he cogido el gusto a organizar algún picoteo o alguna cena acompañada de amigos y de una copa de buen vino.
Este año ha habido una gran cosecha en Castilla La Mancha, las bodegas DO Valdepeñas, también han querido estar presentes en este evento, y me han enviado una botella de vino tinto roble, el cual he maridado con ésta lasaña, porque el aroma afrutado y el carácter que impreme la barrica de roble, combina a la perfección con la contundencia de sabor de éste plato.
Ingredientes:
Principalmente ganas de pasarlo bien, la mejor de las compañías y una copa de buen vino... todo lo demás queda en vuestras manos.
1 Kg. Carrilleras de cerdo ibérico
1 Cebolla grande
2 Puerros
4 Zanahorias
1/2 Pimiento rojo
200 ml. Vino tinto
8 Granos de pimienta negra
Tomillo y romero al gusto
Harina para rebozar la carne
Sal y pimienta
Aceite de oliva virgen
Placas de lasaña
Queso parmesano rallado
Bechamel ligera.
1 L. Leche tibia
60 g. Mantequilla
60 g. Harina
Nuez moscada
Sal
Elaboración:
Cubrimos el fondo de una olla con un poco de aceite de oliva virgen, salpimentamos la carne, la rebozamos con harina y la sacudimos para retirar el exceso. Cuando el aceite empiece a humear añadimos la carne, la sellamos por todos lados y la retiramos a un plato.
Cortamos las verduras en brunoise, la pochamos a fuego lento en el aceite donde hemos dorado la carne,
hasta que veamos que está cocinada y blanda. Agregamos entonces las carrilleras y el vino, dejamos evaporar el alcohol unos minutos, añadimos agua para cubrir las carrilleras, los granos de pimienta, el tomillo y el romero. Dejamos cocer lentemente hasta que la carne esté tierna, si es necesario, añadimos algo mas de agua y rectificamos la sal e incluso podemos poner algún tipo de concentrado de caldo.
Cuando las carrilleras estén tiernas apartamos del fuego, dejamos enfriar fuera de la salsa y trituramos ésta. Desmenuzamos la carne con las manos, al ser tan gelatinosa, no costará ningún esfuerzo y la textura es mas agradable que si lo hacemos con cuchillo. Añadimos unas cucharadas de la salsa reservada a la carne, para que quede jugosa y homogénea. Reservamos en nevera, mejor de un día para otro.
Preparamos una bechamel ligera, poniendo en un cazo la mantequilla y añadiendo la harina, la tostamos un poco, y agregamos poco a poco la leche tibia, sazonamos con sal y nuez moscada a gusto. Dejamos cocer unos minutos. Preparamos la placas de lasaña siguiendo las instrucciones del fabricante.
Cubrimos la base de una fuente con una capa de placas de pasta, otra de carne, así sucesivamente hasta terminar con una capa lasaña. Napamos con la bechamel y queso parmesano rallado. Horneamos a 180º, alrededor de 25 minutos.