Esta es una de esas recetas que tenía (bueno, mejor dicho, tengo) en unas fichas que me llegaron por correo hace mucho tiempo y que traían distintas recetas y técnicas, sobre todo anglosajonas, como los lamingtons, el Victoria Sponge cake, el lemon curd (aquí os dejo otra receta) y algunos cupcakes y muffins, como estos, supuestamente, con sabor a donuts... El caso es que nunca había hecho ninguna receta de estas fichas, aunque las había hojeado varias veces, y después de tantos años, ordenando el armario de los libros de recetas me encontré con ellas y me decidí a hacer alguna y la elegida fue esta.
Sinceramente, no me recuerda mucho a los donuts, pero creo que será porque la textura, obviamente, no es la misma, ya que es una textura de bizcocho, con levadura química y bicarbonato, y no una masa fermentada con levadura de panadería como es la de los donuts clásicos... Pero bueno, eso no quita que estén buenos, ya que tienen gran sabor a canela (que a mí me encanta) y son perfectas para desayunar o merendar.
Además, como toque final dan dos opciones: esta que veis en la imagen de azúcar granulado mezclado con canela, o bien, hacerle una "glasa muerta", es decir, hecha con agua, azúcar y aromas (por ejemplo, vainilla y zumo de limón) con la que cubriríamos el "copete" de la magdalena.
Algunas cosillas las he modificado, como alguna que otra proporción y la temperatura del horno. En total me salieron 12 muffins, aunque en la receta original decía que salen 10, supongo que dependerá del tamaño de las cápsulas de papel, pues yo utilicé las estándar para magdalenas, más bajitas que las de muffins. Así que sin más, os dejo las instrucciones de cómo lo hice y al final, os dejo las medidas para el glaseado por si os animáis a hacerlo así en lugar de cubrir con azúcar y canela.
Ingredientes:
- 300 gramos de harina de repostería
- 1 cucharadita de levadura química en polvo
- 1 cucharadita de bicarbonato sódico
- Pizca de sal
- 1 cucharadita de vainilla líquida
- Media cucharadita de canela molida
- 2 huevos M
- 150 gramos de azúcar blanco
- 50 ml de aceite de girasol
- 125 gramos de yogur natural (1 yogur)
Para la cobertura:
- Azúcar y canela para rebozar
- 20 gramos de mantequilla
Elaboración:
1. Precalentamos el horno a 180º C y ponemos las cápsulas de papel en el molde para magdalenas. Siempre se me olvida decirlo, pero si no tenéis molde para magdalenas, siempre podéis utilizar flaneras individuales, o bien colocar dos cápsulas de papel juntas para que al hornear no se abran.
2. Mezclamos la harina con la levadura, el bicarbonato, la sal y la canela y tamizamos. Reservamos esta mezcla para después.
3. Si disponemos de varillas eléctricas, o si no, manuales (aunque nos costará un poquito más), batimos los huevos con el azúcar hasta que blanqueen.
4. A continuación, añadimos el yogur y el aceite y mezclamos hasta integrar bien. Ponemos también la esencia de vainilla.
5. Poco a poco, agregaremos los ingredientes secos que teníamos reservados y los incorporamos con ayuda de una espátula, evitando la formación de grumos.
6. Rellenamos las cápsulas hasta 2/3 de su capacidad, mejor si lo hacemos con cuchara para helados, nos resultará más fácil.
7. Horneamos durante 25 minutos aproximadamente. Comprobaremos con un palillo que estén listos antes de sacarlos, si no, los dejaremos unos 5 minutos más.
8. Antes de que se enfríen, le haremos la cobertura, para ello, derretimos la mantequilla y con una brocha de repostería, pincelamos la superficie de cada muffin para después rebozarlo en la mezcla de azúcar granulado y canela. Esperamos a que se enfríen para degustar (o no!)
Notas:
- Para hacer el glaseado, calentamos 100 ml de agua y añadimos 200 gramos de azúcar glass, media cucharadita de vainilla y media de zumo de limón (o al gusto) y mezclamos hasta obtener una especie de sirope con el que bañaremos la superficie de los muffins como alternativa al azúcar granulado.