Pocos elementos y un resultado excelente.
Ingredientes para 2 raciones:
2 doradas de unos 300 g
Sal marina gruesa especial para hornear
Elaboración:
Precalentar el horno a 200º arriba y abajo.
Las doradas deberán estar enteras. Bastará con limpiarlas bajo en grifo y dejarlas escurrir.
Colocar papel sulfurizado de horno en la bandeja.
Extender sobre el mismo una capa fina de sal, colocar encima las doradas y cubrirlas completamente con sal abundante.
Finalizar rociando la sal con agua. Va muy bien con un difusor, aunque se puede hacer salpicando el agua con la mano.
Hornear durante 30. La sal endurece, se agrieta y empieza dorarse en algunos puntos.
Romper y retirar la corteza de sal y servir.
Una receta muy sencilla, sobre la cual tal vez teníais alguna duda. ¡Ahora, ya no hay excusa! Se puede hacer también con lubina. Si los pescados pesan algo más (unos 350 g), requerirán de unos 35 de tiempo. En todo caso, estarán en su punto cuando la sal adquiera esa consistencia dura, agrietada y tostada sólo en algunos puntos. Y si utilizáis el papel de horno basta con esparcir un poco de sal, incluso simplemente pintarlo con aceite. Si no lo tenéis, habrá que disponer un lecho grueso de sal, para evitar que el pescado se pegue a la bandeja. Donde no hay que escatimar es en el recubrimiento. A mí me gusta presentarlas con la piel de encima retirada hacia los lados, pero sin quitarla del todo.