Dulce, salado, distinto y sorprendente.
Ingredientes:
200 g de queso de fundir, al gusto
75 ml de leche
Mermelada de frutos rojos
1 manzana ácida
Elaboración:
Pelar, trocear y congelar la manzana.
Poner a fundir el queso con la leche, a fuego lento, removiendo hasta que adquiera una consistencia de crema ligera. Espesa un poco al enfriar. Si es necesario, según el queso elegido, añadir algo más de leche.
Repartir la crema de queso en vasitos, dejando un margen y dejarla enfriar a temperatura ambiente o en el frigorífico, al gusto.
Una vez fría, poner un par de cucharadas de mermelada por encima de cada vasito.
En el momento de servir, triturar la manzana congelada hasta que adquiera una textura similar a un granizado, no importa que queden algunos trozos más grandes. Poner un montoncito encima de cada vaso.
Os recomiendo mezclar un par de tipos de queso, y que uno de ellos sea camembert o brie, sin piel. Le dará un toque muy especial de sabor. El otro puede ser un queso cremoso en porciones (quesitos), lonchas de las de fundir (sabanitas), queso rallado… El que más os guste. En vez de mermelada podéis optar por miel, azúcar quemado… Dejad volar la imaginación. Queda muy bien presentado en envases de yogurt. El contraste especial y definitivo lo da esa manzana helada.