Para los que terminan retirando de la ensaladilla rusa los guisantes, zanahorias y demás…
Ingredientes:
4 patatas medianas
2 huevos + 2 yemas
1 lata de melva en aceite
2 dientes de ajo
2 cucharadas de alcaparras
2 pepinillos en vinagre
2 ó 3 hojas de lechuga
Aceite de oliva virgen extra
Sal, pimentón de la Vera dulce o picante, al gusto
Elaboración:
Asar las patatas enteras y con piel. Al horno, a 180º arriba y abajo unos 30, según tamaño. En microondas, pinchadas con un tenedor, máxima temperatura 3 ó 4 por cada lado, según tamaño. Dejarlas enfriar, pelarlas, cortarlas a dados y colocarlas en un bol.
Cocer 2 huevos (10 a partir de que el agua empiece a hervir). Enfriar bajo el agua, pelarlos, cortar uno de ellos a dados y verterlo en el bol. Reservar el otro.
Colar la melva, reservando el aceite de la conserva. Desmigarla y verterla en el bol.
Picar los pepinillos y añadirlos al resto, junto con las alcaparras. Mezclar el contenido del bol y reservar en el frigorífico.
Para la mahonesa a la melva: Colocar las dos yemas de huevo en el vaso de la batidora de brazo, añadir una pizca de sal, el aceite de la conserva y batir, removiendo sin levantar apenas las cuchillas, mientras vamos vertiendo aceite de oliva conforme va emulsionando. Reservar.
Para la salsa de pimentón: Pelar los dos dientes de ajo y cortarlos a láminas finas. Poner un poco de aceite a calentar en una sartén, incorporar los ajos y retirarlos apenas se empiecen a dorar. Añadir una cucharadita de pimentón, remover y retirar del fuego inmediatamente. Reservar.
Añadir la mitad de la mahonesa de melva a la ensaladilla, mezclar. Se puede servir en el mismo bol o en un plato grande.
Picar la lechuga en juliana, repartirla sobre la ensaladilla, añadir por encima el huevo cocido que habíamos reservado, rallado. Terminar con el resto de mahonesa y la salsa de pimentón por encima.
Vi esta receta en televisión hace unos días y deseé hacerla inmediatamente. Con mi toque, claro. ¡Buenísima! Ideal para los días calurosos, como entrante o como plato único. Una mahonesa casera con una textura y un sabor muy, muy especiales, puesto que utilizamos sólo las yemas y le añadimos un plus de sabor con el aceite de la conserva que, en este caso y sin que sierva de precedente, no desperdiciaremos. De no encontrarla, podría servir también atún o bonito. Y, como remate, el guiño de los ajitos al pimentón. ¡Una mezcla espectacular!