Pues ya tenemos aquí mi tan temido -y el de muchos tan ansiado- CALOR.
Y sí, en mayúsculas, porque lo que no es normal es que subamos 10 grados de golpe de una semana para otra. Se me han reblandecido las neuronas. Es por eso que he tardado más de la cuenta en publicar la receta, no por otra cosa.
Entiendo que muchas personas, si pudieran elegir, vivirían un eterno verano. No lo comparto para nada, a no ser que se refieran a vivir eternamente de vacaciones, ese es otro tema. Pero el calor, el salir a la calle vestido con cualquier trapo carnavalero y chanclas, los sudores, el mal dormir, los mosquitos… vamos, que no. Que no lo compro. Yo soy bicho de frío, de lluvia y de bosque. Teniendo en cuenta que donde nací no es que sea el sitio más verde del mundo, llueve poco y el tema del frío es más bien escaso, clarísimamente me equivoqué de coordenadas al nacer.
Sin embargo hay una cosa que es de agradecer del “calorcito” y es que entran mejor los platos ligeros y sencillos. Porque con el calor no apetece nada pasarnos horas en la cocina cocinando pucheros… va, que al final me vais a acabar dando la razón y resultará que el frío mola más ;)
Sobre lo de los platos sencillos, es que son muy de mi estilo: elaboraciones rápidas y que permitan improvisación, que nos de un poco igual usar 100 gramos que 150, que podamos desprendernos un poco de la báscula y recuperemos el placer de los “puñados”, “pizcas” y “miajinas”.
Precisamente pensando en rapidez y en improvisación es como se me ha ocurrido esta manera de preparar un couscous. Además tiene complicación por debajo del 0, de tan fácil que es. Si sabemos saltear verduras y pollo y hervir caldo, podemos preparar este plato con garantías de que saldrá bien. Atención, señores, repito: esta receta es muy fácil. En negrita, porque últimamente he recibido muchas peticiones de recetas fáciles ;)
Para mi plato usé couscous integral. En los envases suele venir las cantidades necesarias de agua o caldo y el tiempo de reposo para que quede bien hecho. Pondré el tiempo tal como lo preparo yo, pero aquí conviene que miremos el envase del que vamos a usar para asegurarnos de que respetamos las cantidades y tiempo necesarios del couscous específico que vamos a usar.
Couscous con pollo y verduras (para 2 personas)
2 pechugas de pollo
Verduras al gusto: pimiento, cebolla y calabacin en mi caso
120 grs. de couscous
120 ml. de caldo de pollo
Especias
Sal
Aceite
Sobre las especias comentar que yo uso el molinillo Marruecos de la marca Toque Especial. Lo compro en grandes superficies, de las que no diré el nombre pero que empiezan por “Al” y acaban por “campo”. Seguramente lo podremos encontrar en otras tiendas, en la sección de especias. Si no, de la propia página web, este es el listado de lo que contiene: Sal marina, jengibre, ajo, azúcar, pimiento seco, alcaravea, sésamo, comino, canela, guindilla, cilantro, pimienta, tomillo, menta, cúrcuma. Con la cantidad de cosas que lleva, y teniendo en cuenta que no pone las proporciones (lógicamente, algo de secreto tienen que guardar), pienso que es mejor comprarlo que intentar hacerlo en casa. Si no, siempre queda la opción de customizar la mezcla de especias al gusto.
Preparación
1. Cortamos las pechugas de pollo en filetes y las especiamos.
2. Lavamos las verduras y pelamos las que toque (sobre lo de pelar el calabacín, la piel lavadita está rica).
3. Salteamos por un lado el pollo especiado y por otro las verduras.
4. Ponemos el couscous en un plato hondo y hervimos el caldo de pollo. Cuando alcance el punto de ebullición lo echamos por encima del couscous, lo tapamos y lo dejamos reposar 5 minutos.
5. Servimos en una fuente la verdura salteada, el pollo y el couscous. Lo podemos decorar con unas hojitas de cilantro, totalmente opcional.
¡Está tan rico que vuela del plato!
¿Verdad que es fácil? Una manera rápida de preparar un buen plato y sin tener que recurrir a las recetas de siempre.