¡Por fin! ¡Ya estamos en época de cerezas! Ya sabéis que a nosotras unas buenas cerezas del Jerte nos vuelven locas. Llevábamos tiempo esperándolas y deseando preparar un buen postre con ellas. Si el año pasado os proponíamos este clafoutis de cerezas típicamente francés, este año nos hemos ido hasta el país vecino para traeros este kirschenmichel, kirschenplotzer, Körchmichl... Le llaméis como queráis llamarle, el caso es que este postre alemán hecho con pan viejo y cerezas es una forma ideal de aprovechar la época cerecera.
¿Qué necesito?
Para el pastel:
400 gr de cerezas
200 gr de pan del día anterior
250 ml de leche
100 gr de mantequilla
90 gr azúcar
3 huevos
pizca de sal
3 cucharadas de almendra laminada
vainilla
Para la salsa:
200 ml de leche
250 ml de nata (crema de leche) líquida
1 vaina de vainilla
4 o 5 cucharadas de azúcar
1/2 cucharada de maizena
4 yemas
¿Cómo lo hago?
En primer lugar, lavamos las cerezas y las deshuesamos, intentando que nos queden lo más enteritas posible. Reservamos.
Cortamos el pan en rebanadas finas y lo colocamos en un bol junto con la leche. Lo dejamos reposar mientras preparamos el resto de ingredientes, para darle el tiempo de absorber la leche.
Por otra lado, batimos el azúcar y las yemas de los huevos hasta obtener una mezcla homogénea, agregamos la mantequilla fundida y la vainilla. Mezclamos todo bien y agregamos la mezcla al pan.
Montamos las claras junto con una pizca de sal a punto de nieve y las añadimos a la masa de pan. Revolvemos con movimientos delicados y envolventes con una espátula con cuidado para no destruir el aire de las claras a punto de nieve, hasta que se integren bien todos los ingredientes.
Untamos con mantequilla un molde de cristal o cerámica apto para horno. Colocamos la mitad de las cerezas en el fondo y vertemos encima la masa. Colocamos las cerezas restantes en la parte superior y esparcimos la almendra laminada.
Horneamos el pastel a 180º durante unos 50 minutos, hasta que se dore ligeramente la parte superior del pastel.
Mientras tanto preparamos la salsa de vainilla que va a acompañar al pastel. Llevamos a ebullición la nata (crema de leche) junto con la leche, la vaina de la vainilla y 2 cucharadas de azúcar. Apartamos del fuego y dejamos infusionar. Mientras batimos las yemas con el resto del azúcar y la maizena. Agregamos el huevo a la leche, retiramos la vaina de vainilla. Llevamos el cazo al fuego y dejamos que se cueza sin dejar de remover hasta que se espese ligeramente.
Y ya solo queda servir el Kirschenmichel (preferiblemente caliente) acompañado de la salsa de vainilla. Además, si queréis prepararlo fuera de temporada, también podéis usar las cerezas ácidas que venden en conserva en los supermercados como Lidl o Aldi. No hay excusa para poder degustarlo cualquier mes del año. Guten Apettit!