Aunque las empanadillas suelen ser fritas, en esta versión de las empanadillas transparentes de atún hemos variado los ingredientes para hacerlas más ligeras y más frescas.
En realidad, el plato es una variación de un tartar de atún, pero pensado para comerse con las manos en un par de bocados. Le añadimos, además, algunos ingredientes para potenciar el sabor y el contraste en boca.
Para el envoltorio usamos obulato, que son unas láminas ultrafinas hechas con almidón de patata, cuya particularidad es que se deshacen rápidamente en contacto con líquidos no grasos (agua, saliva,…) Son algo delicadas y se pueden comprar en establecimientos especializados de productos gourmet.
Los ingredientes que necesitaremos para doce empanadillas son:
200 gr de atún fresco
30 gr de nabo encurtido
50 gr de angulas sucedáneas
Media manzana ácida
Obulato
Empezamos picando el atún a dados muy pequeños y lo mezclamos con un poco de jengibre (yo lo hice con jengibre en polvo pero, si podéis rallar un poco de fresco, mucho mejor) y salsa de soja. Lo dejamos macerar en la nevera durante treinta minutos.
Lo colamos y presionamos ligeramente para quitarle todo el líquido posible. Lo mezclamos con el nabo encurtido y la manzana ácida cortados en brunoise. Le añadimos un chorrito de aceite de oliva y mezclamos muy bien. Es importante que haya quedado primero bien seco y después bien cubierto con el aceite, para evitar que el obulato se quede pegado o se deshaga.
Colocamos una cucharadita de la mezcla en una hoja de obulato que habremos colocado en el plato donde lo vayamos a servir y lo cerramos en forma de empanadilla. Lo pegamos con un poco de aceite con un pincel.
Servimos las empanadillas decorando con unas cuantas angulas sucedáneas por encima. ¡A disfrutar!