Este verano está siendo una auténtica porquería. Me refiero al tiempo, y a las consecuencias que está habiendo por no tener un verano normal y corriente.
En casa de mi suegra los melocotoneros estaban hasta arriba de melocotones. Tantos que le tuvimos que quitar muchos cuando estaban pequeños para que las ramas no se troncharan. Cuando ya empezamos a cogerlos, aun verdes pero nos podía el ansia, llegó una tormenta y los tiró todos al suelo. Y digo todos literalmente. No quedó ni uno solo en los árboles. Las patatas no han salido como otros años, si no mucho más pequeñas y menos cantidad. Los calabacines, que siempre acabamos aburridas de ellos, este año en menos de un mes dejaron de dar y las tomateras se han secado casi sin darnos cuenta.
Pero de repente, parece que el verano ha querido demostrar que ha pasado por esta tierra y nos ha dejado una semana de calor y humedad. Qué ha pasado? Pues que las plantas han rejuvenecido y aunque lo de los melocotones no tiene solución, los calabacines están llenos de flores, igual que las calabazas. Y mi suegra dice que aun cogeremos tomates.
Como tenemos claro que aunque las calabazas saquen muchas flores, a la hora de la verdad las calabazas no se harían, así que decidimos coger unas cuantas flores y ver que podíamos hacer con ellas.
Ingredientes:
8-10 flores de calabaza o calabacín
200g de mató (requesón)
50g de queso grana padano (rallado)
1 paquetito de bacon ahumado
Pimienta, sal
Unas hojitas de menta
Para el rebozado:
200g de harina
La cerveza necesaria (muy fría)
Sal
1 cucharadita de levadura
Preparación:
Una buena manera de empezar es limpiando las flores. Las pasamos por debajo de un chorrito de agua y les quitamos el pedúnculo de dentro.
Las ponemos sobre papel absorbente y las reservamos mientras hacemos el relleno y el rebozado.
El relleno es muy sencillo. Se trata de mezclar el mató con el grana padano rallado, las hojas de menta, el bacon cortado fino, una pizca de sal y la pimienta a vuestro gusto. Debe quedar como una pasta. Lo reservamos.
Ponemos la harina en una fuente honda junto a la levadura. Añadimos cerveza hasta que tenga la apariencia de una crema como para hacer tortitas. Añadimos una pizca de sal.
Rellenamos las flores con una manga pastelera y las rebozamos.
Las freímos en una sartén con abundante aceite muy caliente, las pasamos por papel para eliminar el exceso de aceite.
Notas:
A mi me sobró rebozado, y como ya sabéis que no me gusta tirar nada, decidí hacer la prueba de freírlo a cucharadas. Salió buenísimo e ideal para rellenarlo con queso crema o con algo del relleno si es que os ha quedado.
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