Investigando un poco más, he visto que también son típicas en Noruega (rossete); en Finlandia y en Estados Unidos, ya que estos últimos mantienen esta repostería gracias a los descendientes de Escandinavos emigrados hacia América, en Colombia se llaman "solteritas" donde se hacen con agua en vez de leche; también se hacen en México y en la otra parte del Mundo también se cocinan como por ejemplo, en Turquía; Malasia; Irán.
Es decir que ya está casi todo inventado, pero merece la pena hacerlas y desde luego probarlas. Deliciosas.
La forma de esta flor manchega viene de la famosa cruz de la Orden de Calatrava con sus terminaciones de "flor de lis" (forma heráldica) y tiene su origen en la repostería judío sefardita, (españoles expulsados de España en el Siglo XV por los Reyes Católicos), de ahí, que primitivamente se friesen en aceite de oliva (ahora con girasol, para no darles demasiado sabor) y no en manteca o tocino de cerdo.
Preguntando en Madrid, lugar donde las tienen en muchas pastelerías, me dijeron que hay personas que las hacen muy "gorditas" es decir que la masa es un poco como los buñuelos. Pero que en muchos otras pastelerías las hacen como las que me salieron el otro día en el que las preparé, delgadas y crujientes y con azúcar por encima.
Esa diferencia de la masa la da la cantidad de huevo. Yo os dejo la receta que utilicé y que me la dio la amable chica de la pastelería. Después os dejo la otra que es la que viene en el molde de la flor.
Hace tiempo que quería comprarlo pero a veces no me cabía en la maleta y no me apetecía llevarla a modo de arma en el tren ;o).
Por cierto en Madrid la hay en muchas ferretería buenas y surtidas y por supuesto en la zona de menaje de El Corte Inglés, me costó 9,50 €, pero durará mucho tiempo ya que no tiene nada para que se nos estropee. Es un "aparatejo" muy sencillo, antiguamente eran de hierro y ahora son de acero inoxidable (of course).
Tiene la preparación pocos secretos. Uno solo: entre flor y flor el molde se debe meter en la olla donde tenemos el aceite de girasol caliente. Si el molde no está caliente, la masa no se pegará en el molde, con lo cual no nos saldrán bien.
Hay que tener tiempo para prepararlas ya que se hacen sin más remedio de una en una, pues no podríamos ni cuidarlas al freir, ni tener varios moldes ni varios recipientes con aceite.
En las fotografías podéis ver la buena pinta que tienen; vamos, que son muy bonitas. Parecen difíciles pero nada más lejos de la realidad.
Y como observaréis mis "Flores Manchegas" son de lo más fotogénicas. Esta vez me dio por las gallinas, que las "adorooo...", al igual que las vacas blancas con ¡manchas negras!.
Vamos ya con las recetas, primero os dejo la receta con la que yo las he hecho, muy crujientes y tan ricas y vistosas; luego os doy la otra, que no la he probado pero que al llevar tanto huevo me resulta poco apetecible, en fin será cuestión de probarla alguna vez, pero esta me salió tan rica que no sé si cambiaré la receta por aquello del "más vale pájaro en mano, que ciento volando" jajajaja
Receta para 20 flores
(cantidad exacta, ni una de más)
250 cc. de Leche
2 Huevos
Una pizca de Sal
2 cucharaditas pequeñas de Anís (licor)
175 gramos de Harina
1/2 litro de Aceite de girasol (u oliva) para freirlas
La receta de las flores manchegas (más gruesas)
Esta es la receta de los "florones" (así les llama la empresa fabricante de estos moldes de estas flores manchegas). En fin, el nombre es lo único que no tengo claro. Curiosamente en Andalucía no se conocen demasiado, nunca las he visto en ninguna pastelería y muchas personas con las que he hablado no las conocen.
6 Huevos
1/2 litro de agua hervida con aníses o ralladura de limón
250 gramos de Harina
Opcional: 250 cc de Leche
Aquí podéis ver mi masa de "Flores Manchegas"
Se mezlcan primero los líquidos y por último se pone la harina (poco a poco) y la pizca de sal.
Tiene que quedar sin un solo grumo, casi como si fuese una crema.
Se tiene que dejar reposar 30 o 35 minutos.
Importante: batir nuevamente pasado el tiempo del reposo.
Se pone en una jarra pequeña pero con un diámetro suficiente para que quepa el molde de la flor.
Yo las freí en una olla pequeña, ya que es importante que el nivel del aceite sea alto como la flor ( la altura de la masa que moja el molde).
Muy importante también deciros que la masa no debe llegar a la altura máxima del molde, pues no se soltarían y sería un buen lío. Con dejar unos milímetros libres de la altura total del molde sería suficiente para asegurarnos que se desmolda dentro de la olla con el aceite.
Se pone a calentar a fuego bajo pero constante el aceite y se mete el molde SOLO dentro del aceite que se está calentando. Es importantísimo que esté muy caliente, sino no agarra la masa en él.
Bueno, seguimos. Cuando ya el aceite y por ende el molde están calientes lo sacamos y rápidamente lo metemos en la masa (meter y sacar rápido), escurrimos un poco, caerán solo unas gotitas y ya al aceite caliente (pero no demasiado) a freirlas, debe mantener una temperatura moderada, pues son muy finas y se nos pueden quemar, de hecho yo la primera la tuve que tirar pues se quemó ligeramente y no estaba bien como para dejarla en la bandeja final.
Se sueltan solas dentro del aceite, y se les da la vuelta con la ayuda de unas pinzas o un tenedor cuando ya se han soltado del molde, las sacamos sobre un papel absorbente y volvemos a meter el molde en el aceite para que se caliente, esto es muy importante, lo más importante. No olvidádlo.
Así hasta completar las veinte flores manchegas, luego se les espolvorea o azúcar glas o azúcar normal, eso ya a gusto del cocinero y de los "probadores o catadores" de flores.
Me despido de vosotros hasta el próximo post. Os dejo mi Facebook de La Taza de Loza por si queréis echar un vistacito.
Sed felices y cocinad mucho.