Esta vez Ana, del Reto Alfabeto Dulce, nos propone hacer una receta que contenga agua de azahar. Como no estamos en Navidad para hacer el archiconocido Roscón de Reyes, se me ocurrió hacer estas galletas, pues no solo me atraía que llevasen el agua de azahar en cuestión, si no que parte de la harina que lleva la receta, es harina de maíz (no Maizena) y si te digo la verdad, me encantan todas las cosas que llevan harina de maíz, por lo tanto no me lo pensé dos veces. El resultado es una galleta con un sabor y textura muy delicado, con un sutil sabor a agua de azahar y con una textura peculiar y muy agradable que le aporta la harina de maíz. Tienes que probarlas sin lugar a dudas porque estoy segura de que te van a gustar tanto como a mi.
Son unas galletas fáciles de hacer y no te costará nada encontrar los ingredientes, de hecho la harina de maíz la venden en cualquier gran superficie y el agua de azahar sin ir más lejos la encuentras en las farmacias o herbolarios, pero asegúrate que sea de uso culinario y no para utilizar solo en la piel.
El agua de azahar se obtiene tras la destilación de la infusión de la flor de azahar únicamente del naranjo amargo, ya que la flor de azahar es también la flor del limonero y de otros árboles cítricos. Como consecuencia de destilar dicha infusión, obtendremos un líquido transparente y muy aromático. Es por ejemplo, uno de los ingredientes base del Roscón de Reyes. Para conservar el agua de azahar basta con tenerlo guardado en la nevera. Eso sí, si observas que en lugar de estar transparente, su color empieza a amarillear o tiene posos, es el momento de deshacernos de ella.
INGREDIENTES:
250 gr. de mantequilla a temperatura ambiente
500 gr. de harina
100 gr. de harina de maíz (no Maizena)
120 gr. de azúcar glass
1/2 cucharadita de sal
1 cucharadita de extracto de vainilla
2 cucharadas de agua de azahar
1 huevo L a temperatura ambiente
3 cucharadas de leche a temperatura ambiente
ELABORACIÓN:
Tamizamos juntos los dos tipos de harina y la sal.
Batimos la mantequilla con el azúcar glass durante dos minutos a velocidad media o hasta que la mantequilla haya adquirido una consistencia esponjosa y haya blanqueado ligeramente.
Bajamos la velocidad al mínimo y añadimos entonces el extracto de vainilla y el huevo que habremos batido un poco previamente. Esperamos a que se integre completamente para añadir el agua de azahar.
Empezaremos a echar la harina a cucharadas, sin prisa pero sin pausa. Cuando hayamos acabado observaremos que la masa está un poco desmigada, sin estar lo suficientemente ligada como para formar una bola. Añadimos entonces las cucharadas de leche, de una en una y observando si es necesario añadir otra más, pues depende mucho de los ingredientes que utilicemos para que tenga más o menos humedad la masa. Cuando observemos que la masa se despega de las paredes del bol, es que estará lista para que la estiremos.
Formamos una bola con la masa y la dividimos en cuatro partes. Con ayuda de un rodillo, estiraremos cada una de las partes entre dos papeles de hornear y meteremos las cuatro planchas en la nevera durante un tiempo mínimo de dos horas.
Pasado este tiempo formamos las galletas con un corta pastas y volvemos a meterlas en la nevera durante 10 o 15 minutos para que al hornearlas, no pierdan la forma.
Precalentamos el horno a 180ºC. e introducimos las galletas durante 12 o 15 minutos, dependiendo de tu horno. Verás que están listas cuando empiecen a dorarse un poco por los lados.
Sácalas del horno y déjalas durante 5 minutos en la bandeja. Ponlas después a enfriar sobre una rejilla.
ALGUNAS ACLARACIONES:
Para conservar las galletas, mételas en un recipiente metálico y te durarán hasta dos meses perfectamente.