Nunca las había hecho antes y me he quedado maravillada, están deliciosas, por fuera son un poco duras, como si tuviesen una pequeña costra, pero cuando las muerdes, por dentro son blanditas, casi como si fuesen un bizcocho de chocolate, son un sabor condensado a chocolate negro y no son muy dulces.
He visto que estas galletas suelen quedar más agrietadas, en inglés significa: "arrugadas/agrietadas" que sería la traducción de estas galletas, pero he notado que como las hice con la forma y el tamaño de las trufas de chocolate, al tener más cantidad de masa no se craquelaron tanto.
Si las hubiese hecho más aplastaditas, sí me hubieran quedado más craqueladas. Pero da lo mismo pues están divinas.
Son perfectas para tomar un té por la tarde y quitarte las ganas de: "me apetecería algo dulce y no sé", pues estas crinkels de chocolate son perfectas para ese antojo momentáneo.
Aquí en la imagen inferior las he puesto en unos bowls que acabo de comprar para hacer un regalo pero que no me he podido resistir a hacerle una foto al recipiente con mis crinkles de chocolate, los encontré en una tienda por casualidad y ¡zas! los compré, me costaron 2 € cada uno de ellos (está feo que diga el precio, pero no les importará pues son preciosos). Seguro que les encantarán para su casa nueva.
Bueno, que me enrollo mucho. Os dejo ahora la receta y está imagen inferior. La de la izquierda es antes de hornearlos y habiéndolos pasado en ese mismo momento por azúcar glas y la de la derecha ya enfriándose.
1 Tableta de 100 gramos de chocolate negro (80% de Cacao)
3 cucharadas de chocolate en polvo Valor
50 gramos de Mantequilla
100 gramos de Azúcar
2 Huevos
200 gramos de Harina
1/2 cucharadita levadura en polvo (tipo Royal)
1 cucharadita pequeña de esencia de vainilla
Una pizca de Sal fina
30 gramos de Azúcar glas para rebozar
En un recipiente fundimos el chocolate y la mantequilla, removiendo para que se unan perfectamente y se reserva.
En otro recipiente grande batimos los huevos con el azúcar, hasta que esté cremoso y algo blanquecino, unimos el chocolate a esta mezcla de los huevos con el azúcar.
Agregamos las 3 cucharadas de chocolate en polvo y seguimos mezclando y por último ponemos las gotas de vainilla líquida.
Añadimos la harina ya mezclada con la levadura y la pizca de sal fina al recipiente grande.
Amasamos un poco más hasta tener la masa que no se nos pegue a las manos, se puede hacer con una cuchara grande o una amasadora eléctrica.
Esta masa debe reposar en el frigorífico tapado con un film unas dos horas aproximadamente.
Cuando haya pasado este tiempo verás que la masa está muy dura, pero en el momento en el que la vas modelando con las manos se ablanda y le puedes dar la forma que más te guste. Yo os he comentado que les di forma de trufa, es decir redondas. Pero se pueden hacer más pequeñas y cuando tengáis la bolita la aplastáis un poco y listo.
Se pasan por azúcar glas antes de meterlas en el horno.
Calentar el horno a 180 grados, mientras le damos forma y las rebozamos por el azúcar glas, deben quedar completamente cubiertas de azúcar.
Con 10 minutos de horno estarán hechas. No se doran y en este tiempo se craquelan un poco.
Terminadas. Podéis hacer la masa por la mañana y al mediodía hornearlas para tomarlas con nuestro té de la tarde, un plan perfecto.
Os dejo el Facebook de La Taza de Loza por si queréis echar un vistazo.
Hasta la próxima y sobre todo sed felices y haced muchos dulces,
para regalar o para merendar ;-o