Bon appétit amig@s,
Os advierto: estas galletas crujientes de chocolate son altamente adictivas jaja.
Por supuesto me incluyo yo como primera adicta al chocolate -aunque ahora que lo pienso igual hay más de uno en mi casa que no sé si no me gana…
Su nombre proviene del inglés- crinkles = arrugas- debido a las grietas tan características que se forman durante su horneado. Si las pudiéramos oír dentro del horno, seguro que crujen.
Bueno broma aparte, estas deliciosas galletas crinkles- crujientes por fuera pero suave y esponjosas por dentro- son un auténtico placer suave, delicado e irresistible.
Respetando los tiempos para su elaboración y las medidas de sus ingredientes, conseguiréis – incluso los principiantes en este mundillo culinario/repostero- hacer una de las galletas de chocolate más ricas que hay.
Ingredientes para unas 22-25 crinkles:
-250 gramos de chocolate de repostería
-60 gramos de mantequilla
-100 gramos de azúcar
-200 gramos de harina de repostería
-2 huevos
-Una cucharada de esencia de vainilla
-Una cucharadita de levadura en polvo
-Una pizca de sal
-Azúcar glas
Os recomiendo siempre utilizar para vuestros postres de chocolate un buen chocolate para repostería que contenga un mínimo de 52% de cacao ¡El éxito de vuestro postre está en juego!
Comenzamos derritiendo el chocolate junto a la mantequilla- o margarina vegetal para los intolerantes a la lactosa- al baño María o al microondas.
Truco: Si utilizáis el microondas, hacedlo en cortos períodos de tiempo para remover de vez en cuando y así poder vigilar el fundido y evitar que se os queme.
Mientras seguiremos con la receta. En un bol batimos bien los 2 huevos junto al azúcar y la esencia de vainilla. A continuación añadimos el chocolate derretido con la mantequilla y mezclamos bien.
Tamizamos la harina junto a la pizca de sal , la levadura y lo vertemos a la masa anterior.
Truco: Si no tenéis harina de repostería, podéis perfectamente utilizar harina común. En este caso y para esta cantidad, quitamos 4 cucharadas soperas de harina común y las sustituimos por 4 de maicena.
Ahora es cuando hay que tener un poco de paciencia. Esta masa necesita un mínimo de 3 horas de frío en la nevera para que se endurezca y podamos formar bolitas.
Pasados este tiempo ya podemos formarlas- ayudándonos de una cuchara u otro utensilio para formar bolitas- y las ponemos en un plato con azúcar glas. Las recubrimos bien con el azúcar glas sin dejar ningún hueco visible y las colocamos sobre la placa del horno cubierta con un papel sulfurado. Las horneamos a 180 grados durante 12 minutos.
Muy importante: tener el horno ya caliente en el momento de introducir vuestras galletas y para que estén bien esponjosas por dentro y crujientes por fuera, es fundamental respetar este tiempo de horneado.
Sed pacientes, ¡dejarlas enfriar antes de comerlas jaja!
Bon appétit Mama
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