Esta receta viene en Festín de Hielo y Fuego. El manual de cocina oficial de Juego de Tronos de George R. R. Martin, un libro que os recomiendo.
Se trata de una versión del tradicional bannock escocés, una masa de avena y agua que no lleva levadura y tiene forma redonda u ovalada, que se cocina sobre una plancha o piedra caliente.
Pero antes de ponernos a cocinar, os dejo con un fragmento del libro Tormenta de espadas donde aparece esta receta:
"A la mañana siguiente, cuando despertaron, el fuego se había extinguido, y el Liddle ya no estaba, pero les había dejado una morcilla y una docena de tortas de avena bien envueltas en un paño blanco y verde. Unas tortas tenían piñones, y otras, zarzamoras. Bran se comió una de cada, y y no habría sabido decir cuál le gustó más."
La Casa Liddle es un clan de la montaña del Norte y el Liddle es el jefe de la casa o clan, que en la de Invernalia se le da el tratamiento de Lord Liddle.
Para elaborar mi versión de esta receta, unas 12 galletas de avena al estilo tradicional, vamos a necesitar los siguientes ingredientes:
4 tazas de copos de avena
1 cucharadita de sal
2 cucharadas de harina
3 cucharadas de miel
4 cucharadas de mantequilla
1/2 taza de agua
1/4 de taza de piñones
Los copos de avena tiene que ser los tradicionales, no los instantáneos.
Para esta receta he escogido los piñones. Si queremos ser fieles al libro, podemos incluir en la receta las bayas frescas y utilizar solo un puñado de piñones. A la hora de hacer la masa, la dividiríamos en dos; una parte para las bayas y otra para los piñones.
Preparación:
Lo primero, como siempre, es tener listos tanto los ingredientes como los utensilios que vamos a necesitar.
Los piñones los vamos a partir en trozos no muy pequeños para que se puedan ver, ya que enteros son demasiado grandes.
Precalentamos el horno a 180ºC y engrasamos ligeramente una bandeja de horno. También podemos colocar un papel para hornear sobre la bandeja, esto hará que las galletas no se peguen a ella sin necesidad de utilizar mantequilla.
Mezclamos los copos de avena, la sal, la harina y la miel en un bol.
A continuación, incorporamos la mantequilla y mezclamos hasta que esté bien integrada.
Añadimos el agua y amasamos hasta conseguir formar una bola.
Incorporamos los piñones y amasamos hasta que queden bien integrados en la masa.
Partimos en doce partes iguales la masa y hacemos unas bolas. Otra opción es coger un medidor de 1/4 de taza, de manera que nos saldrán once galletas iguales. Colocamos en la bandeja de horno un cortador de galletas de unos 8 o 10 cm de diámetro, dependiendo del grosor que queramos las galletas, e introducimos una de las bolas de masa.
Para darle forma, presionamos la masa con los dedos dentro del molde.
Repetimos la operación anterior hasta terminar con la masa. Llevamos la bandeja al horno y horneamos durante 30 minutos o hasta que estén ligeramente marrones.
Una vez las galletas estén listas, las sacamos del horno y las colocamos sobre una rejilla para que se enfríen.
Presentación:
A la hora de servir, las podemos poner sobre un paño blanco y verde como se indica en el libro y acompañarlas de mantequilla y miel.
También les viene muy bien el té o la cerveza como maridaje. Y la mermelada es el acompañamiento ideal si las vamos a tomar para desayunar.
Estas galletas caseras saladas de los Liddle son ideales tanto para la hora del té como para una excursión. Nosotros las vamos a utilizar como entrante junto con las remolachas asadas, que será la próxima receta que compartiré con vosotros.
Bon appétit!